Gallardón recalifica el estadio Calderón y cede al Atlético la Peineta

El Calderón no cumplirá 45 años. En el momento idóneo, dos días después de que el Atlético lograse su clasificación para las competiciones europeas después de siete años de ostracismo, el Ayuntamiento de Madrid firmó un Protocolo de Intenciones con el equipo y con la cervecera Mahou para recalificar los terrenos colindantes que ambos poseen. La operación se realizará de manera conjunta y permitirá construir viviendas en una superficie edificable de 175.000 metros cuadrados.

La parcela del Calderón, de unos 30.000 metros cuadrados, se reservará para una gran zona verde y un lago. Es decir, que las torres de viviendas que se proponían en los tres proyectos que se presentaron entre los pasados meses de noviembre y febrero se concentrarán en los terrenos de la cervecera. De su diseño se encargará el arquitecto estadounidense Tom Maine.

El Atlético, que se mudará al Estadio Olímpico de la Peineta, -"ese nombre ha muerto, le daremos uno más futbolero", puntualizan en los despachos del Manzanares- en tres años, espera obtener de la operación unos 250 millones de euros.

"Aunque la Mahou ponga las dos terceras partes del suelo, nos repartiremos los beneficios a partes iguales", cuentan desde el Atlético. "De lo contrario la operación no sería rentable", apostillan. El nuevo campo tendría una capacidad para 75.000 espectadores, unos 10.000 más que el Calderón.

La cifra del negocio es muy golosa para la entidad deportiva, que reconoce una deuda de 130 millones. Otras estimaciones la sitúan en 440. No obstante, el Atlético deberá destinar un buen pellizco de las plusvalías -al menos 160 millones- a los costes de remodelación del estadio de Canillejas, que tendría en propiedad, según uno de sus requisitos. En caso de que Madrid celebrase los Juegos de 2016, debería invertir otros 20 millones en la construcción de una pista de atletismo.

El Ayuntamiento aprovecha la operación para soterrar el tramo de la M-30 que discurría por el lateral del estadio. También para crear un gran corredor que parta desde el centro de Madrid, pase por el Palacio de Oriente y enlace con la Casa de Campo. La obra, estimada en 140 millones de euros, deberán pagarla, en un 60%, los propietarios del suelo recalificado. Este apartado de la operación le costará al Atlético alrededor de 40 millones. Además, conjuntamente con la empresa Mahou, el club debería pagar las obras de urbanización de la parcela destinada a usos residenciales y comerciales.

Este acuerdo supone el primer acuerdo entre las tres partes para que la operación llegue a buen puerto, pero habrá que esperar hasta otoño para que se cierre definitivamente el pacto. "La nostalgia será fuerte, pero el cambio es tan importante y tan bueno para avanzar hacia el futuro que el aficionado estará contento", afirmó por su parte el presidente del equipo, Enrique Cerezo.