La caída de un cable deja a 180 abonados de Montcada sin luz

Llueve sobre mojado. Ayer hubo otro apagón, aunque en esta ocasión sus consecuencias fueron mucho menos graves que la avería que dejó a 350.000 barceloneses sin luz. Un cortocircuito, según un portavoz de Fecsa-Endesa, originó la caída de un cable de media tensión de la compañía en Montcada i Reixac. El incidente ocurrió hacia las siete de la mañana y dejó sin luz a 180 abonados de las calles más céntricas del municipio. El accidente obligó a cortar un carril de la autopista. En una hora y cuarto el problema ya estaba solucionado y, alrededor de las ocho, la luz volvió a los hogares.

El cable de media tensión se desplomó encima de unos matorrales, a la altura de la C-33, y originó un pequeño incendio que obligó a cortar un carril de la autopista en dirección a Barcelona durante una hora.

El Servicio Catalán de Tráfico informó de que el corte originó retenciones de más de dos kilómetros. Unos vecinos alertaron a la Policía Local -explicó un portavoz del Ayuntamiento de Montcada- de un pequeño fuego en la casa de Vista Rica, cerca de la C-33. Al lugar se desplazaron tres dotaciones de los bomberos y los Mossos d'Esquadra.

El apagón generó pocas protestas. Los responsables municipales -a quienes también tocó sufrir las consecuencias de la avería, ya que el Ayuntamiento fue uno de los lugares que se quedaron sin luz- optaron por no hacer ningún tipo de declaración. Tampoco las asociaciones de comerciantes del centro recibieron quejas, ya que la mayoría de tiendas abren a partir de las diez de la mañana. Jesús González, presidente de la Asociación de Comerciantes de Montcada Centre, tiene tres restaurantes y asegura que no se vio afectado por el corte de luz ni recibió ninguna reclamación. "Hace un año sí teníamos cortes de luz a menudo, aunque no duraban nunca más de una hora, porque había sobrecargas en el transformador del río Besòs, pero protestamos y ahora ya hacía meses que no se iba la luz".

Sin despertador

Los que más padecieron la falta de electricidad fueron algunos bares y vecinos de las calles Major y de la Generalitat. Es el caso de Sara, la propietaria de la cafetería Àpat: "No funcionaba la cafetera, ni las campanas, ni el horno, ni el lavavajillas". Ante la imposibilidad de ofrecer cafés y bocadillos, la propietaria del bar optó por abrir una hora más tarde.

Andreu Nadal, de la tocinería Ca l'Andreu, se considera afortunado: "Tan sólo hemos tenido que dejar de trabajar durante una hora y media, pero el congelador ha aguantado muy bien; hace tres o cuatro años estuvimos 36 horas sin luz, y tuvimos que tirarlo todo a la basura". A Nadal no le extrañó la avería: "Tengo 50 años y nunca he visto que arreglaran nada de la red eléctrica de la calle Major; hace un par de meses cayó un cable en plena calle". Ayer cruzó los dedos y tuvo suerte: "Sufrí un poco porque con este calor y sin electricidad el congelador no hubiera aguantado mucho, pero visto lo que ha pasado en Barcelona, hemos tenido suerte".

Ana llegó una hora tarde al trabajo porque no le sonó el despertador. "Normalmente ya no me fío, y pongo el radiodespertador que va con electricidad y el móvil, pero hoy me he dejado el móvil y no me he despertado. A ver cómo le explico ahora al jefe que llego una hora tarde por culpa de una avería de Fecsa".