La Junta reclama a Defensa más control en los campos de tiro para evitar fuegos

El incendio que se declaró el pasado viernes en el campo de tiro de la base militar de Cerro Muriano, en Córdoba, quedó controlado ayer tras arrasar 4.100 hectáreas. Es el fuego de mayor envergadura que ha sufrido esta zona de la Sierra Morena cordobesa en los últimos años, pero no el único. Desde 2001 se han declarado 14 incendios en este campo de tiro, según los datos aportados por la Junta de Andalucía. La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, anunció que pedirá al Ministerio de Defensa que refuerce las medidas de seguridad contra los incendios en los campos de tiro.

La base militar de Cerro Muriano sufrió en 2006 cinco incendios en los que ardieron 450 hectáreas. El director general del Medio Natural de la Junta de Andalucía, José Guirado, aseguró ayer que todos tuvieron su origen en la explosión de proyectiles que no explotaron cuando fueron lanzados durante las prácticas militares, pero que sí lo hicieron en el verano debido a las altas temperaturas. Según Guirado, ésta es también la causa del incendio declarado el viernes.

Para intentar rebajar el número de incendios forestales en esta zona, la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, anunció ayer que la Junta de Andalucía va a pedir al Ministerio de Defensa que refuerce las medidas de seguridad contra los incendios, especialmente en los tres campos de tiro con fuego real que existen en la comunidad: Cerro Muriano, el de la Sierra de Retín (Cádiz) y el Álvarez de Sotomayor (Almería). El plan que Coves va a proponer contempla "una quema controlada" en los campos antes del verano para que explote la munición que haya quedado sin explotar cuando termina el periodo de prácticas, en el mes de mayo.

Asimismo, quiere ampliar los cortafuegos porque los existentes "se han demostrado insuficientes", según Coves. El campo de Cerro Muriano cuenta con cuatro cortafuegos de este a oeste y 14 de norte a sur, pero las llamas que se originaron el pasado viernes consiguieron superar estas barreras.

Según el director general de Gestión del Medio Natural, estos cortafuegos pueden llegar a medir entre 90 y 120 metros de ancho. La intención de Medio Ambiente es ampliarlos hasta los 250 metros. Según Guirado, es "imposible" limpiar la zona de municiones antes de que empiece la temporada de incendios. "No sabemos ni cuántos proyectiles hay ni dónde están", explica Guirado, quien advierte también de que "el elevado riesgo" de que explote munición hace inviable transitar la zona.

Miembros del Infoca (el dispositivo de extinción de incendios forestales de la Junta) y de la Consejería de Medio Ambiente sobrevolaron ayer el campo de tiro y, según el director general, parece que todos los restos de proyectiles que había han explotado ya.

Fuentes militares, sin embargo, señalaron que las causas del fuego declarado el viernes se están aún investigando, pero que es "difícil" que el origen sea la explosión de material militar. Según estas fuentes, la munición está preparada para soportar temperaturas más altas de las que se han registrado estos días en Córdoba (alrededor de 40 grados). Estas fuentes afirman que el campo de tiro se limpia regularmente y que cada vez que se detecta que un proyectil no ha explotado, se abre un parte y se busca la munición.

El director general de la Junta, quien insistió en que está "seguro" de que el fuego lo causó el material militar, advirtió también de que las consecuencias hubieran sido mucho menos graves si, poco después de originarse el fuego en la base militar, no se hubieran registrado otros tres incendios en zonas urbanas próximas al campo de tiro. "A alguien se le ocurrió hacer fuego a 43 grados y a pesar de que ya tenía que ver las columnas de humo del otro incendio", señaló Guirado. "Decidimos que lo más importante eran las vidas humanas y trasladamos todos los medios a estos fuegos, lo que hizo que el otro se disparara fuera del ámbito militar", señaló el director general.