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Reportaje:TOUR 2007

Una habitación llena de pájaros

González de Galdeano y Noval recuerdan las horas de concentración compartidas con el líder

Tres semanas dan para mucho. En 21 días se puede pedalear durante casi 90 horas y más de 3.000 kilómetros por las carreteras de Francia hasta llegar a París, como hará esta tarde el pelotón. En tres semanas, un ciclista comparte 21 noches en la habitación de un hotel, muchas horas que, según explicó ayer Alberto Contador, "tratan de pasarse lo mejor posible". Muchas horas que dan para explicarse la vida, hablar de ciclismo, hablar de caza, de la familia y ver películas en el ordenador... Si no te pasa lo que le sucedió al hombre que hoy se convertirá en ganador del Tour de 2007.

En el Discovery Channel estaban preocupados. Dudaban de la capacidad del chaval de Pinto para relajarse la noche antes de la contrarreloj decisiva de ayer. Siempre se ha dicho que el Tour se gana en la cama. Benjamín Noval, compañero y ángel de la guarda de Contador en este Tour, eligió la película: The fliying Boys (Los chicos voladores). A los 10 minutos, le preguntó al líder quiénes eran los malos. "Entonces se dio cuenta de que ya dormía como un niño", explicó divertido Contador en la sala de prensa de Angoulême. Durante el Tour han visto, a trozos, Aníbal y Piratas del Caribe. La del viernes la terminarán durante las vacaciones.

"Tiene la cabeza bien amueblada. Ha soportado con gran madurez lo que le ha tocado vivir"
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En tres semanas se crean complicidades entre compañeros de equipo y eso es justo lo que ha hecho Contador con Benjamín Noval en este Tour; y lo que hizo con Igor González de Galdeano en 2005, cuando vivió su primer Tour en el Liberty. "A Igor le tenía machacado a preguntas", explica el ciclista de Pinto. "Normal, para mí era el quinto y él, a los 22 años, debutaba, pero lo llevamos bien. Era, y es, un chaval encantador. Le guardo mucho aprecio", recuerda González de Galdeano, el director deportivo del Euskaltel-Euskadi. "Como a buen novato, le preocupaban muchas cosas de la carrera y me las preguntaba". Alberto llegó a París, pero Igor no. "Me caí y le abandoné en la etapa número 12. No fue un buen Tour, vinimos a pelear por la general con Heras y fracasamos", recuerda el vasco. Ya entonces, era evidente que Contador tenía algo especial: "Aunque se perdía en carrera, sobre todo en la primera semana, era evidente que iba a hacer cosas grandes. Para ser sinceros, jamás le dije 'vas a ganar el Tour', pero alguna vez ya le dije que, si seguía así, daría que hablar".

Galdeano descubrió a un chaval "inquieto, muy apegado a su familia, respetuoso y muy maduro para su edad", asegura el ex ciclista vasco. "Se le nota que no lo tuvo fácil para llegar, que la operación [en 2004 por un cavernoma cerebral] le ha llevado a valorar cosas que, a su edad, normalmente, no tienes en cuenta", insiste. Y al recordar se ve con Alberto, dos años antes de llegar vestido de amarillo a París, hablando de pájaros. "Le gustan mucho, como a uno de mis mejores amigos, así que muchas noches acabábamos hablando de pájaros. Pero en la cabeza tiene poquitos. La tiene bien amueblada y lo ha demostrando soportando con gran madurez lo que le ha tocado vivir este año".

Este año, su fiel escudero en carrera y su compañero de horas perdidas ha sido Benjamín Noval (Mires, 1979). El asturiano ha sido su asistente particular en carrera, le ha dado de comer y de beber cuando era necesario y le ha protegido del viento en el pelotón. Siempre pendiente de él, avisa que llevarse bien con Contador "es muy fácil". Han compartido, sobre todo, una inquietud: "A los dos nos gusta mucho salir a cazar, el campo, la naturaleza. Hemos hablado de eso, de la familia, de qué haremos cuando termine el Tour. Y de pájaros, claro".

Noval recuerda una noche difícil cuando Bruyneel les comunicó que el Rabobank había apartado a Rasmussen del Tour. "Se quedó algo triste, le afectó bastante, pero durmió bien. ¡Como para no dormir con la paliza que se dio subiendo el Aubisque!". Al día siguiente, todo volvió a la normalidad. "Lo ha llevado bien. Es un chaval sencillo y muy maduro para su edad", insiste Noval. "Cuando termine el Tour nos iremos de caza y lo celebraremos", avisa el asturiano. "Lo estamos deseando", confirma Contador, a la espera de enseñarle a su amigo todos los pájaros de los que le ha hablado.

Contador, durante la contrarreloj de ayer.
Contador, durante la contrarreloj de ayer.EFE

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