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TOUR 2007 | Otro duro golpe para el ciclismo

La policía busca medicamentos en el hotel

"El cielo se ha caído sobre la cabeza del Astana", declaró muy dramáticamente el suizo Marc Biver, quien aparte de ser el mánager del equipo formado con capital kazajo y estandarte del nombre de su capital, debe de ser amante de los Astérix. "Volvíamos del entrenamiento cuando ha llamado el comisario jefe de la carrera informando de la presencia de una doble población de hematíes en la sangre de Vinokúrov", añadió Biver. "Enseguida he hablado con el corredor, quien ha negado cualquier tipo de manipulación sanguínea y me ha explicado que todo tiene que deberse a los accidentes que ha tenido, a los tratamientos, a las heridas en sus rodillas. Luego he informado a Patrice Clerc, el presidente del Tour, quien me ha pedido que retirara al equipo. A lo que he accedido inmediatamente".

Mientras Biver se dirige al centenar de periodistas que han tomado al asalto el hotel Palmeraies, pequeño y coqueto, a las afueras de Pau, el vestíbulo del establecimiento registra un tráfico frenético y caótico, auxiliares con cajas, maletas, bolsas, se dirigen a los coches para alejarse con el material. Los corredores ya han empezado a irse antes. Vinokúrov el primero, acompañado de sus compatriotas Kasheckin e Iglinsky. Más tarde se marchan el ruso Ivanov y el italiano Savoldelli. Otra pareja abandona el hotel poco después. Son los más tumultuosos, son los españoles Colom y Navarro.

"Aún no nos han dicho los patrones que suspendamos la actividad", dice el pesimista Biver. "Esperamos nuevas órdenes, al contraanálisis. Si es así, Vinokúrov, que ha firmado el juramento ético, no sólo tendrá que devolver su sueldo, sino abonar los daños colaterales. Si ha manipulado su sangre, ha sido una grave irresponsabilidad. No lo entiendo".

A las 22.00 sólo queda un ciclista del Astana en el hotel, Klöden, quien saborea una cerveza mientras la policía desarrolla una tremenda operación. Han bloqueado las salidas y han empezado a registrar las papeleras de los alrededores. El personal auxiliar del equipo se ha puesto al servicio de otros agentes que han subido a las habitaciones. Unos 40 agentes buscan medicamentos. En la calle, media docena de vehículos de televisión con parabólicas permiten a los periodistas emitir en directo desde el hotel. La policía ha caído sobre la cabeza del Tour. Se reviven las imágenes del 98.

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