Arte mexicano a exposición

Antonio de Orleans, duque de Montpensier (1824-1890) fue un principe francés que pudo ser rey de España, aspiró a ser emperador de México y admiró a Hernán Cortes, hasta el punto de adquirir la casa en la que éste murió en Castilleja de la Cuesta (Sevilla). En una sala de esta casa reunió una colección de objetos en honor del conquistador.

Esta colección, presentada bajo el nombre El sueño de un imperio, fue inaugurada ayer por el ministro de Cultura, César Antonio Molina, en su primer acto oficial en Andalucía como ministro, por la consejera de Cultura, Rosa Torres, y por Beatriz de Borbón, descendiente y última propietaria de la colección antes de que pasase a manos del Archivo de Indias. Ésta incluye retratos del conquistador español, mobilario, libros y copias de documentos relacionados con él, así como objetos de arte relativos siempre a México.

La exposicón, que se podrá visitar gratis hasta diciembre en la primera planta del Archivo de Indias, está articulada en diez áreas: La colección y sus propietarios, el palacio de Catilleja de la Cuesta, la figura de Hernán Cortés, el primer imperio mexicano de Agustín Iturbide, los franceses en México, el segundo imperio mexicano de Maximiliano de Habsburgo, el caballo, las porcelanas de la Compañía de Indias, las figuras de cera artesanales y las lacas mexicanas.

Antonio de Orleans estuvo imbuido del espiritu napoleónico de crear un imperio francés en México y, aunque no estuvo en ese país, se interesó por sus costumbres, organización social e historia. Esto le llevó a recopilar, a través de anticuarios, objetos relacionados con esa cultura.

El duque donó el palacio en 1878 a su hija, la infanta Mercedes, junto con toda la colección que albergaba dentro. Fue un regalo por su boda con Alfonso XII. Más tarde, heredó la propiedad María de las Mercedes, princesa de Asturias, que la vendió en 1903 a una congregación religiosa irlandesa, que se había instalado en la casa y fundado un colegio que se ha mantenido hasta la actualidad.

La colección se depositó en el Real Alcazar de Sevilla hasta 1928, cuando volvió al palacio familiar. Cinco años más tarde fue donada al Archivo de Indias, que ahora los expone. Tras la visita, el ministro de Cultura destacó el cuidado con el que se ha preparado la exposición.