La 'biblia' de los inversores
"Para invertir con éxito toda la vida no es necesario un coeficiente intelectual estratosférico, un conocimiento empresarial extraordinario ni información privilegiada. Lo que hace falta es una infraestructura intelectual que permita adoptar decisiones y la capacidad de evitar que las emociones deterioren esa infraestructura "La cita pertenece nada menos que a uno de los mayores inversores de las últimas decadas y a una de las mayores fortunas actuales: Warren E. Buffet, que leyó el libro a principios de los 50, cuando tenía 19 años, "en aquel momento pensé que era, con gran diferencia, el mejor libro sobre inversión que se había escrito en toda la historia. Sigo pensando lo mismo".
El inversor inteligente
Benjamin Graham
Deusto
ISBN 84-234-2517-4
Y no ha sido el único multimillonario ilustre que ha seguido sus consejos: Bill Gates, Tony Knapp, Marshall Weinberg y Roy Tolles han practicado también unos métodos que concedieron a Graham los títulos de "Padre de la Inversión" o "Decano de Wall Street" como se le reconocía en los círculos académicos y financieros.
Aunque Buffet no comenta el porcentaje de responsabilidad que podrá adjudicársele a las lecturas de Graham en la creación de su fortuna sí que reconoce que fue para él mucho más que un profesor, "él influyó en mi vida mucho más que cualquier otra persona, salvo mi padre".
Y se atreve a señalar incluso en el prólogo de esta edición de El inversor inteligente que si se siguen los principios de comportamiento y de negocio que propone Graham y se presta especial atención a los "valiosísimos consejos" contenidos en algunos de sus capítulos "sus inversiones no rendirán frutos decepcionantes".
Y es que una de las características más destacadas de la obra de Graham es precisamente el carácter práctico de sus planteamientos.
Quizás porque, como señala Jason Zweig, un prestigioso periodista financiero que conoce bien su doctrina y que se ha encargado de comentar y actualizar el texto trazando paralelismos entre los ejemplos de Graham y las situaciones reales en el mundo financiero tras su desaparición en 1976, Graham adquirió sus conocimientos "por las malas" ya que vivió en primera persona la angustia de la pérdida financiera y estudió durante décadas la historia y la psicología de los mercados.
Según Zweig, El inversor inteligente fue el primer libro en el que se describió, para los inversores individuales, el marco emocional y las herramientas analíticas esenciales para el éxito financiero.
Combinando una extraordinaria capacidad intelectual con un profundo sentido común y una amplia experiencia Graham desarrolló unos principios básicos que según Zweig tienen por lo menos la misma validez en la actualidad que la que tuvieron durante su vida.
En la presentación del libro se recogen algunos de ellos que no tienen desperdicio como el de considerar el mercado como un péndulo que oscila constantemente entre un optimismo insostenible (que hace que las acciones sean demasiado caras) y un pesimismo injustificado (que hace que las acciones sean demasiado baratas). Para Benjamin Graham, "el inversor inteligente es un realista que vende a optimistas y compra a pesimistas".
Graham fue un gran amante de la literatura y le encantaba especialmente la historia de Ulisses, narrada sobre todo a través de la poesía de Homero, Alfred Tennyson y Dante. Zweig recuerda que a final de su vida le entusiasmaba la escena del Infierno de Dante en la que Ulisses arenga a la tripulación para adentrarse en aguas desconocidas más allá de las columnas de Hércules y concluye el comentarista de su obra que "invertir también es una aventura; el futuro financiero siempre es un mundo desconocido y sin mapas. Empleando a Graham como guía, su viaje de inversión que durará toda la vida será tan seguro y digno de confianza como lleno de aventura".
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