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Tortosa y García Checa dejan el consejo del Banco de Valencia

La entidad incrementó sus beneficios netos en un 18,9% durante el primer semestre

El Banco de Valencia incrementó sus beneficios netos en un 18,9% en el primer semestre de 2007, respecto al mismo periodo del año anterior, hasta alcanzar unos resultados de 70,1 millones de euros, según informó ayer la entidad después de un consejo de administración, presidido por José Luis Olivas, en el que dejaron este organismo el actual director general de Bancaja, Fernando García Checa, y su predecesor en la caja de ahorros Emilio Tortosa.

La marcha de García Checa del consejo tiene que ver con las recomendaciones del Banco de España, que ve con poca simpatía la presencia en ese órgano del primer ejecutivo de Bancaja, a cuyo grupo pertenece precisamente el Banco de Valencia. La salida de Emilio Tortosa, por otra parte, se produce para dar entrada a representantes de grupos industriales y de negocio. Así, se incorporan al consejo del banco Federico Michavila, director general del grupo azulejero castellonense Torrecid, y José Luis de Quesada Ibáñez, presidente del grupo Pavasal. Emilio Tortosa, en su despedida, recordó que se incorporó al consejo cuando Bancaja adquirió en 1994 el paquete de control del Banco de Valencia, que encontró la "senda del éxito" dentro del grupo Bancaja.

Las cifras dadas a conocer ayer confirman esa dinámica. La entidad mantuvo en el primer semestre del año el crecimiento sostenido de los últimos ejercicios, que lo han situado en el grupo de cabeza de los bancos medianos del mundo. El beneficio neto consolidado alcanzó los 70,1 millones de euros, lo que representa un 18,9% más que en el mismo periodo de 2006. El banco continuó ganando mercado al incrementar en un 37,35% su volumen de negocio (superando los 31.515 millones de euros), según los datos que remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Los créditos concedidos a clientes se elevaron un 37,5%, hasta los 16.459 millones de euros. El protagonismo en este apartado volvió a recaer en los préstamos hipotecarios para compra de vivienda, que aumentaron un 32,5%, lo que representa un 56,5% de la inversión total. El ratio de morosidad mejoró un 0,06%, colocándose en un 0,4% mientras las provisiones para hacer frente a esta clase de eventualidades se situaron en un 467% "en la línea de máxima prudencia que caracteriza la política de riesgos" del banco, según la descripción que hizo la entidad.

La misma estrategia de prudencia, fijada en el año 2000 para financiar su crecimiento, se ha mantenido en el reparto de dividendos: 22 céntimos por acción a lo que hay que añadir el reparto de una acción nueva por cada 50. Descontando ese reparto gratuito, la plusvalía para los accionistas ha sido de, 5,74% en el primer semestre del año. El valor en bolsa del banco se ha triplicado en los últimos cuatro años, hasta alcanzar los 4.140 millones.

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