Veraneo con el jersey en la mano

Pasear entre los frondosos bosques de pinos laricios y salgareños en el valle del río Madera es un auténtico placer para los sentidos. El aire puro que se respira y la sensación permanente de frescor son sólo algunas razones para saborear la naturaleza en su máxima expresión. Lo sabe bien Pedro Mañas, un anciano casi octogenario que es uno de los escasos habitantes de la aldea de Río Madera, en plena Sierra de Segura jiennense, un lugar idílico donde el tiempo pasa imperceptiblemente. Al atardecer, tanto Mañas como los turistas que se alojan en el hotel rural de esta aldea serrana necesitan un jersey para poder estar sentados en la calle. Ni siquiera el cambio climático ha alterado la forma de vivir de los lugareños. "Aquí no hace falta aire acondicionado, y por la noche lo mejor es tener cerca alguna manta", comenta Mañas.

Con un sotobosque de helechos, pinos negrales, arces, cornicabras, encinas, coscojas, majuelos, sauces, fresnos, álamos y algunos avellanos, Río Madera es uno de los rincones paradisíacos del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), sin duda uno de los referentes del turismo de interior en Andalucía. Con sus 209.000 hectáreas, es el mayor espacio natural protegido del país y el segundo más grande de Europa. La Unesco se rindió a la belleza de estos parajes y los declaró, en 1985, Reserva de la Biosfera.

La comarca de Segura es la más extensa del parque natural. A su riqueza forestal y cinegética se une un interesante patrimonio cultural personalizado en municipios como Segura de la Sierra, que fue el epicentro de la Provincia Marítima creada por Fernando VI en el siglo XVIII para la explotación de los recursos forestales, utilizados en la construcción de cientos de navíos en los astilleros de Sevilla.

Machado y Manrique

Tiene Segura una singular plaza de toros rectangular, un castillo imponente que alberga un Centro de Interpretación del Territorio y la casa donde nació Jorge Manrique, que, junto a otros poetas como Antonio Machado o San Juan de la Cruz, ensalzó la belleza de estos lugares.

En la intersección de las sierras de Segura y Cazorla se encuentra el núcleo turístico de Coto Ríos, donde está el Centro de Interpretación e Información de la Torre del Vinagre. Muy cerca de allí parte la ruta de Félix Rodríguez de la Fuente, sin duda el naturalista que mejor divulgó la belleza de estos enclaves con sus increíbles escenas de aves rapaces, muflones o cabras monteses en el programa El hombre y la tierra.

Atravesando el valle del Guadalquivir, la zona con mayor número de infraestructuras hoteleras y empresas de turismo activo, se asciende hacia el mirador del puerto de Las Palomas, con unas vistas privilegiadas del parque. Sin abandonar la carretera serpenteante se llega a La Iruela, una villa con un castillo templario situada junto a la vecina Cazorla, la principal puerta de entrada a este espacio protegido. En Cazorla, aparte de visitar su castillo de La Yedra o las ruinas de Santa María, se puede asistir el último fin de semana de julio a su prestigioso Festival Internacional de Blues.

La tercera sierra de este parque natural -también la más desconocida- es la de Las Villas, con rincones de gran belleza paisajística como los saltos de agua de La Osera o el Charco del Aceite, y pueblos que sorprenden al viajero como es el caso de Iznatoraf, una pequeña villa de traza medieval y calles laberínticas encaramada sobre un cerro de más de 1.000 metros de altitud.