Cárnicas Molina presenta suspensión de pagos y pone en riesgo 148 empleos
La empresa admite un déficit de 60 millones y una situación de insolvencia
La inquietud por su futuro laboral se ha apoderado de los 148 empleados de la industria Cárnicas Molina de Jaén, perteneciente al grupo Primayor Andalucía, que es a su vez filial del segoviano Proinserga. La sociedad ha presentado suspensión de pagos y un juez ha abierto el proceso concursal para liquidar la empresa.
Proinserga, que adquirió la cárnica jiennense a Campofrío en 2004, ha reconocido un déficit de 60 millones de euros y una situación de "insolvencia" para poder incumplir con sus obligaciones con los acreedores. Los empleados no han cobrado la nómina del mes de junio ni tampoco la paga extra de verano.
La Junta de Andalucía, que intervino la empresa Hijos de Andrés Molina a finales de la década pasada, ha abierto negociaciones con los actuales propietarios de la industria cárnica para evitar el desmantelamiento de la actividad empresarial y, si es necesario, buscar un nuevo socio industrial. De momento, el delegado del Gobierno andaluz en Jaén, Francisco Reyes, anunció ayer que la Junta se va a personar en el proceso concursal de Proinserga en calidad de acreedor, lo que le permitirá tener acceso a toda la información y documentación de este caso. Reyes señaló que la Junta lleva tres meses de contactos con el comité de empresa, pero admitió que el actual proyecto empresarial de Cárnicas Molina "no es viable".
La industria cárnica jiennense vuelve así a un proceso de crisis que ya vivió en la década pasada, cuando la Junta, a través del Instituto de Fomento de Andalucía, se hizo cargo de la empresa al presentar ésta suspensión de pagos. Sin embargo, poco después, Campofrío adquirió Molina con su filial andaluza Campocarne una vez que la Comisión Europea declaró ilegales los más de 54 millones de euros en ayudas que otorgó el Gobierno andaluz.
Los sindicatos acusaron a Campofrío de incumplir su compromiso de invertir 24 millones en una nueva planta de elaborados cárnicos. La compra fijaba la reducción de la plantilla de 475 a 300 empleados, una cifra que ahora, estando la industria en manos del grupo segoviano que la compró hace tres años junto a otras seis plantas repartidas por España, se ha reducido a 148.
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