Rodrigo Uría, jurista y presidente del Patronato del Museo del Prado
Abogado y presidente del bufete Uría Menéndez, el tercero con mayor volumen de negocio de España, Rodrigo Uría Meruéndano (Madrid, 1941) heredó la vocación mercantilista de su padre, el jurista ovetense Rodrigo Uría González, considerado como uno de los maestros españoles del Derecho Mercantil del siglo XX, y la afición artística, de su madre, la pintora Blanca Meruéndano.
A su padre lo sustituyó en 1978 como socio-director de Uría Menéndez, el influyente despacho que creara su progenitor con su discípulo gijonés Aurelio Menéndez, luego ministro de Educación con la UCD. Fue bajo la dirección de Uría Meruéndano cuando el despacho protagonizó una gran expansión, con su implantación en varias capitales de provincia y diversos países: Portugal, Reino Unido, Bélgica, Estados Unidos, Brasil, Chile, Argentina, México, Perú y próximamente Polonia. En los últimos 30 años el bufete pasó de 5 a 500 abogados. En octubre de 2005 Rodrigo Uría sorprendió a la organización anunciando su renuncia voluntaria a la dirección para permitir el progreso profesional y ascenso de las siguientes generaciones. Pasó desde entonces a presidir la organización. Uría Menéndez, con una facturación de 138,4 millones de euros en 2006, está especializado en Derecho Mercantil, procesal y fiscal, y cuenta con 85 socios y 415 profesionales La impronta artística que recibió de su madre le vinculó desde joven por lazos de amistad y admiración a galeristas y pintores. Su afición artística le venía de niño, cuando en sus veranos en Celorio (Llanes) acompañaba a su madre en sus excursiones por la costa y las montañas para pintar el paisaje asturiano. Fue patrono del MEAC, del Museo Antropológico, del Thyssen, del Prado, del Reina Sofía y de la Fundación Xavier Zubiri. En julio de 2004 se convirtió en presidente del Patronato del Museo del Prado. Por su actividad jurista, y como su tío, Felipe Uría, fue hombre de empresas y, en condición de tal, presidente de Saint Gobain Cristalería, SA, y consejero de Barclays Bank, Altadis y otras sociedades.
Uría tenía cuatro hijos de sus dos primeros matrimonios. Vitalista y enamorado de la vida, era desinhibido y en sus declaraciones públicas hacía gala de una gran transparencia y sinceridad. Tenía a gala transmitir autenticidad.
