La generación del BX
El 12 de diciembre de 1988, dos días antes de la huelga general que paralizó el país, Alfredo Vila con el título de economista bajo el brazo se sometía a las entrevistas de los responsables de la selección de personal de Citroën que hoy están bajo su mandato. Acudió por el reclamo de un anuncio en las páginas de este suplemento y no conocía los productos que la marca francesa vendía en aquel momento en España. Al poco tiempo ya podía dar lecciones de su modelo estrella el BX. La semana pasada le llamaron para ir a París con carácter urgente. Sin esperárselo y sin anestesia le comunicaron que iba a sustituir a Maga Salarich al frente de la filial española de Citroën.
El se temía algo peor. Ya había estado más de una década recalando por habitaciones de hoteles de media Europa y la próxima paternidad de una pareja de mellizos a la que espera dedicar el mayor tiempo posible, le complicaba las cosas.
Pero era el "sucesor". Todas las fuentes consultadas coinciden en que reunía todas las opciones. Ha pasado por casi todos los departamentos de la casa, con más dedicación al financiero y al de gestión y ha acompañado a su predecesora a lo largo y ancho del Viejo Continente aprendiendo entre otras cosas las ventajas de delegar y de apoyarse en un equipo de confianza.
Todo parece indicar que su mandato va a tener un carácter claramente continuista, incluida la política comercial agresiva que ha caracterizado la marca francesa en los últimos años y que la ha llevado a ocupar el primer puesto de las ventas en España durante el año pasado y lo que llevamos de este.
Hijo de inmigrantes gallegos en Venezuela, llegó a España con siete años, en 1971, la última temporada de Gento, el extremo izquierdo más famoso de la historia del Real Madrid al que admira por ser su club y por ser la posición que ha ocupado en su larga carrera futbolística como aficionado. Y no le va a venir mal dominar los regates típicos de este puesto en el desarrollo del juego. Van a ser muchos los ajustes sobre la marcha que tendrá que realizar si quiere mantener el pichicchi de la liga automovilística española, una posición que seguramente piensa defender aunque no a cualquier precio. Ha formado parte del equipo asesor que durante los últimos meses ha rodeado al nuevo presidente del grupo PSA, Cristian Streiff, para diseñar un plan del que podrán verse los primeros resultados el próximo año y en los que él tendrá también un papel importante como responsable del segundo mercado más importante de la marca francesa.
