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El rapto de una menor para casarla motivó la matanza entre gitanos en Alzira

El juez imputa a 16 miembros de un clan por cuatro homicidios y uno intentado

Ramón quiso llevarse por la fuerza a Loli, menor de edad, para casarse con ella. Era del clan gitano de los Kun-fu. Loli, del clan de los Mantequilla. No era la primera vez que pasaba. Ese intento de boda a la fuerza fue el desencadenante, según el auto de procesamiento, de la matanza en la que murieron cuatro personas y una quinta fue herida de gravedad el 30 de marzo de 2006 en Alzira. Los Mantequilla acudieron a resolver el problema armados con pistolas y navajas. El juzgado ha concluido la investigación e imputa a 16 personas, siete de ellas están en prisión.

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L'Alquerieta, el barrio, se convirtió en un polvorín. La policía desplegó efectivos para evitar la venganza de la venganza y detener a los implicados en el múltiple crimen. El silencio fue el mayor obstáculo de la investigación. Nadie vio nada. Nadie conocía a nadie, pero todos se miraban con sospecha durante el duelo. A las puertas del número cinco de la calle de Alonso Ojeda las plañideras cegaban las amenazas que lanzaban los hombres del clan Kung-fu casi como susurros, pero seguros de que llegarían a sus destinatarios. ¿Por qué? Nadie daba respuesta. A hurtadillas, lejos de la mirada del patriarca, se insinuaba una discusión con una tal Loli. Pero, como cosas de adolescentes.

Ahora, concluida la instrucción, la investigación ha desvelado la razón. Un miembro de los Kung-fu quiso secuestrar a una menor de los Mantequilla para obligarla a casarse con él. Y eso fue ofensa bastante. No era la primera vez. Ya otra mujer había pasado por ese trance. Ambos clanes acumulaban rencillas. La mayoría de sus miembros tenía antecedentes penales. El dominio de las zonas por las que actuaban estaba en juego también. Ellos hablaban de venta ambulante. Oficialmente, acabó por señalarse la venta de drogas. La mezcla acabó con la vida de tres hombres y una mujer, 16 detenidos, todos imputados por cuatro delitos de homicidio y uno en grado de tentativa. Siete de los imputados permanecen aún en prisión. El resto ha ido saliendo bajo fianza.

El 30 de marzo de 2006 Los Mantequilla fueron todos a una. Parte del clan vivía en Oliva. Los que residían en Alzira les llamaron y les contaron, según consta en el auto de procesamiento de fecha 11 de junio, que tenían que arreglar el problema con sus enemigos.

Aquella vez no iba a ser de palabra, a pesar de que una hija de los Kung-fu estaba casada con un Mantequilla, con Lucas Hernández Hernández. Antonia Moreno Muñoz es hija de José Moreno Fernández y Juana Muñoz Muñoz. Su padre murió en el tiroteo. Tenía 53 años. Las otras víctimas fueron Luis, de 37 años, Isidro, de 26 años, y Ramón, de 22. Su madre resultó herida de gravedad y fue ingresada en el hospital de La Ribera. Antonia estaba en casa cuando llegaron sus rivales. Su testimonio y el de su madre han sido claves para sostener la acusación.

La investigación ha durado más de un año. Empezó con el sitio del barrio para controlar posibles movimientos que dieran pistas del destino de los autores de los hechos. La prudencia de alguno flaqueó y empezaron las detenciones: en Teruel y en Sagunto. Después, hubo al menos cinco implicados que se entregaron. En la causa, llegó a haber más de 20 personas supuestamente implicadas directamente con los hechos. Finalmente, son 16. Para los que aún permanecen en prisión provisional, siete, el fiscal deberá solicitar la prórroga en octubre porque expira el plazo establecido. Se han practicado decenas de diligencias. A una, la última en resolverse, la reconstrucción de los hechos, el juzgado dijo que no. Ramón quiso casarse por la fuerza con Loli y la boda se convirtió en un funeral. "No tenemos prisa, llegará nuestro momento", decían los Kung-fu cuando aún no se habían levantado los cadáveres.

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