Raikkonen vuelve a pegar duro
Sensacional carrera del finlandés mientras Alonso, segundo, supera por estrategia a un Hamilton que no se baja del podio
Un bólido rojo atravesó el primero la línea de meta en Silverstone y acalló por un momento las 85.000 voces que se habían escuchado en el circuito durante todo el fin de semana. Lewis Hamilton no fue el vencedor. Sigue siendo el ídolo de los aficionados británicos y les concedió un nuevo motivo de admiración -en su novena carrera en la F-1, aún no se ha bajado del podio-, pero ocupó la tercera posición y el himno británico sigue sin escucharse en Gran Bretaña desde que David Coulthard ganara en 2000. Sonó el de Finlandia, el mismo que en Francia la semana pasada. Kimi Raikkonen golpeó de nuevo. Y el ídolo local fue superado por su compañero de equipo, Fernando Alonso, que realizó una carrera impecable.
La estrategia dio su segunda victoria consecutiva a Raikkonen y tal vez habría dado también un nuevo doblete a Ferrari si el coche de Felipe Massa no se hubiese parado en la salida, obligándole a partir desde el pit-lane y en la última posición. Porque en Silverstone volvió a hacerse patente que Ferrari es más rápido y consistente que McLaren en las tandas largas. Y eso fue precisamente lo que impidió a Alonso salir del asfalto con una victoria en el bolsillo. Raikkonen se anotó la 12ª de su carrera y consiguió superar a su compañero, Massa, en la clasificación del campeonato, que sigue encabezado sólidamente por Hamilton, con 12 puntos de ventaja sobre Alonso y 18 sobre el finlandés.
Sin embargo, algo está empezando a cambiar. La calidad de Hamilton sigue siendo tan evidente como antes, pero la tensión de correr en su propio país, la presión de los medios de comunicación durante toda la semana y el hecho de saberse amenazado por un doble campeón del mundo en su propio equipo acabó pasándole factura. El británico salió correctamente, pero nunca pudo despegarse de Raikkonen ni de Alonso. Y, en su intento de escapada, cometió pequeños errores -una clavada de frenos tras la primera parada que le produjo un plano en los neumáticos- y fue víctima de un fallo garrafal en su primer repostaje -perdió más de tres segundos porque se encalló la manguera de la gasolina- que arruinó prácticamente sus posibilidades de triunfo.
Estaba claro que la carrera iba a dirimirse en las dos paradas en los boxes. Era algo que habían anunciado todos los pilotos tras la cronometrada. "Mi carrera comenzará a partir de la 20ª vuelta", había dicho un Alonso profético. Así ocurrió. No había engañado a nadie cuando afirmó que llevaba bastante más gasolina que Hamilton en el depósito, lo cual se hizo patente porque el británico entró a repostar el primero tras 16 vueltas, dos antes que Raikkonen. Alonso se mantuvo todavía cuatro más en la pista marcando tiempos y sacándoles más de un segundo por giro.
Hamilton ni siquiera pudo aguantar la estocada de Raikkonen, que le superó en su salida del taller. Pero, cuando entró en los boxes, Alonso llevaba ya 26,7 segundos a Raikkonen y 28 a Hamilton. Una distancia suficiente para entrar y salir sin perder el liderato. Lo mantuvo durante las siguientes 17 vueltas. Pero su problema fue que su repostaje había sido tres segundos más corto que el del finlandés y, por tanto, su siguiente parada debía producirse antes. Tuvo 17 vueltas para arrancar segundos a Raikkonen. Y no lo consiguió. Le arañó algo menos de seis y 14 a Hamilton. Le bastaron para dejar atrás al británico, pero no para impedir que Raikkonen le arrebatara el mando en el segundo repostaje.
Allí acabó la lucha por los tres primeros puestos. La cabeza de la carrera quedó tan absolutamente determinada que los tres parecieron conformes con sus posiciones y se dedicaron a conservar sus motores pensando ya en la próxima prueba, en Alemania, el día 22. El interés se centró luego en la lucha que estaba manteniendo Massa para arañar la cuarta posición a Robert Kubica. Partiendo de la última posición, el brasileño de Ferrari corrió como un poseso, adelantando de las formas más inverosímiles y con una punta de velocidad que imposibilitaba cualquier defensa a sus rivales. Ganó tres posiciones en la primera vuelta, seis más en las cuatro siguientes y cuando encaró su primer repostaje iba segundo, por detrás de Alonso.
Cuando salió del taller, tras el primer repostaje, Massa iba séptimo. Y le costaba ya ganar posiciones. La superioridad de su coche ya no era tan evidente. Pero la estrategia en el segundo repostaje le colocó quinto, tras Kubica. Le atrapó e intentó superarle varias veces, demostrando que, a pesar de lo que ha crecido, BMW está aún bastante por debajo de Ferrari y McLaren. El polaco se defendió con los dientes y mantuvo su puesto. La carrera había concluido. El Mundial sigue muy vivo.
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