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José María Aguirre González, presidente del Guipuzcoano y Acerinox

Industrial y banquero

Íñigo de Barrón

Veterano por veterano. Hace dos semanas se produjo el relevo en la presidencia de Acerinox, el segundo productor del mundo de acero inoxidable. José María Aguirre González (Madrid, 1934) tomó el testigo (como presidente no ejecutivo) de Victoriano Muñoz, que deja el cargo tras 37 años al frente de la empresa y que está a punto de cumplir los 71 años. Con este cargo, Aguirre González ya es presidente de dos compañías: Acerinox y el Banco Guipuzcoano.

Victoriano Muñoz aseguró que le dejaba la empresa a Aguirre en un momento dulce. "Es una sociedad sin problemas, que pronto pasará a ser el primer productor mundial de acero inoxidable". Muñoz dijo que se había "divertido bastante", pero no se sabe cómo se lo pasará su sustituto. Por el momento tiene unas cuantas patatas calientes que resolver. La primera es gestionar la subida de la factura energética, que puede dañar la competitividad de la compañía. Además, los elevados precios del níquel, fruto de la especulación de los hedge funds, obligará a Acerinox a fomentar el consumo de inoxidable con un mayor peso del hierro. India podía ser el país elegido para realizar una inversión en una fábrica importante... mientras se controla el capital en Bolsa para evitar una entrada hostil. Estas preocupaciones las compartirá con Rafael Naranjo, que llevará el día a día de la compañía.

Pero Aguirre González, hijo de otro de los impulsores de Acerinox, José María Aguirre Gonzalo, está curtido en mil batallas. Este ejecutivo, que también dirigió la filial española de Siemens, sobrevivió a los ataques de Mario Conde desde la presidencia de Banesto. Conde entró de forma hostil en el capital del Guipuzcoano e intentó fusionarlo con el Banco de Vitoria, filial de Banesto. Aguirre resistió y venció. Después alardeó de ser "el único banco vasco con vocación de seguir independiente. Ni ahora ni nunca se han mantenido conversaciones" con el Popular, dijo Aguirre. Sin embargo, los tiempos se complicaron y no pudo frenar la entrada de dos cajas vascas, la BBK y la Kutxa, que controlan conjuntamente el 24,98% del capital para evitar la llegada de competidores hostiles.

En 2008 cumplirá 20 años como presidente del banco, una entidad mediana que ganó 45 millones en 2006, con 256 oficinas y 1.228 empleados. En Bolsa no para de subir. Sólo en lo que va de año se ha revalorizado un 24%. Los analistas creen que su destino es acabar en manos de una entidad extranjera que quiera instalarse en España, pero quizá Aguirre encuentre otro conejo en la chistera.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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