La Sinfónica exhibe el mejor Mozart

Lleno en el Palacio de la Ópera coruñés en la primera representación de La flauta mágica. Éxito basado en la solidez, ductilidad y sutileza de conjuntos -la Sinfónica de Galicia y el Coro de la Comunidad de Madrid-, actuación de cantantes solistas y gran calidad teatral. La producción se basa en una sobria y eficaz escenografía de Gregori Graziano, sobre la que Alessandra Sini ha diseñado movimientos plásticos y funcionales. La iluminación destaca cada momento de la dramaturgia musical de Mozart.

Ros-Marbá extrajo el mucho Mozart que la Sinfónica atesora en sus atriles, logrando momentos brillantes. Hubo solos de gran calidad, especialmente el fagot de Mary Ellen Harriswangler, la flauta de Claudia Walker y el fraseo y el color del timbal de José Belmonte. El coro, dirigido por Jordi Casas, tuvo presencia, timbre y precisión.

La más popular de las óperas de Mozart, que cierra la presente edición del festival que lleva su nombre, tuvo un rendimiento de voces de un nivel realmente alto. Hay que destacar la labor de Ros-Marbá como concertador en los conjuntos. Tuvieron unas actuaciones muy adecuadas a sus papeles las Tres Damas y los Tres Genios.

De los cantantes, destacaron Alex Expósito como Papageno y, muy especialmente, Erika Miklósa como La Reina de la Noche. Son los papeles más agradecidos, pero no es habitual que público y director de escena se pongan de acuerdo en destacar en los aplausos finales a quienes los representan, lo que el jueves fue un acto de estricta justicia.