Última parada: Ciempozuelos

Raquel y José López corren arrastrando sus maletas hasta el andén 2 de la estación de Atocha. Su destino final es Valencia, pero tendrán que desviarse hasta Ciudad Real. Allí otro tren les llevará finalmente a su casa. Las conexiones ferroviarias entre Madrid y diferentes zonas del Este y Sur peninsular se mantienen interrumpidas desde el lunes debido a la reparación de una pilastra de un puente sobre el río Jarama.

El corte afectó ayer a 14.000 viajeros, según una portavoz de Renfe. De ellos, los 8.000 que tenían que viajar desde Madrid a Alicante, Murcia, Almería y Jaén no esperaban un tren, sino un autobús. Los conduce a Aranjuez, donde sí toman el tren para seguir viaje. El lunes había obligado a modificar los viajes de otras 15.000 personas.

Los trastornos podrían durar varios días por la "complejidad de la reparación"

Renfe ha puesto en marcha 86 autocares como alternativa de transporte para cubrir el tramo afectado: de Aranjuez a Ciempozuelos. El Consorcio Regional de Transportes también echa una mano: desde hoy incrementará en un 25% el servicio de la línea 423, que une Aranjuez y Ciempozuelos con la capital.

"Son cosas que pasan y se tienen que asumir", se conforma Mari Carmen Ontín, que viaja a Murcia. Álvaro Arjona también espera con resignación su autobús hacia Aranjuez con destino a Jaén: "Es un accidente, nadie tiene la culpa. ¿Qué le vamos a hacer?".

Los pasajeros esperan en la oficina de Atención al Cliente a que el personal de Renfe les indique donde tienen que coger los autobuses e incluso acompaña a los viajeros más desorientados al punto de partida. "Es que soy de Salamanca y en esta estación me pierdo", se justifica una usuaria. En la estación Puerta de Atocha de Madrid les esperan cuatro autobuses.

Pero no todos los pasajeros de Renfe asumen con tanta comprensión los retrasos que, como admite la misma compañía, oscilan entre los 10 minutos y la media hora: "Esto es lo de siempre, estoy harto de las incidencias. El servicio de Renfe me da náuseas", se queja José López. Él y su hermana no tienen que coger un autobús, pero su llegada a Valencia también se retrasará. Primero, AVE hasta Ciudad Real, y luego, un tren Alaris para continuar hasta Valencia.

"Y dicen que hay un puente en mal estado. No me creo que sea de ahora, lo tenían que haber previsto antes", protesta Ana María Culedras, que viaja a Almería. Técnicos de Adif, el organismo dependiente del Ministerio de Fomento que gestiona las líneas férreas, trabajan desde el lunes sobre el puente del río Jarama "para reforzar y asegurar una de las pilastras y restablecer lo antes posible la circulación". A pesar de todo, Adif no puede prever cuándo se restablecerá la circulación sobre el puente porque "se tiene que hormigonar en una zona sumergida en el río". Esta es la fase más laboriosa de todo el proceso, según una portavoz de la empresa.

Hasta que finalicen las obras, los viajeros a Valencia utilizarán la línea de alta velocidad entre Madrid y Ciudad Real, para seguir desde la localidad manchega por la vía convencional.

En cuanto a Alicante, Murcia, Almería, Jaén, Albacete, Cuenca y Badajoz, se utiliza el autobús hasta Aranjuez y desde allí se sigue en tren por la línea convencional hasta el destino.

En el andén 4, María Dolores Villado, 54 años, espera el tren de las 16.32 que cada día coge para volver a Aranjuez, donde vive. "Esta mañana me ha caído un chaparrón que no te cuento -dice tomando asiento en un sillón-. He llegado con una hora de retraso al trabajo". María Dolores resopla, pero enseguida añade: "Si todo esto es para que no caigamos puente abajo, me conformo y mañana me levanto antes", concluye.

Al cabo de media hora el tren llega a Ciempozuelos. Una flota de trabajadores de Renfe indica a gritos y señas donde estacionan los autobuses. Son cuatro, aparcados en la acera de enfrente. Se llenan y salen en un minuto. A las cinco y media los viajeros están en Aranjuez. "A esta hora no hay tráfico, así que los usuarios no tardan más, pero por la mañana, la situación es complicada", evalúa con cara de experto, Jesús Beleña, el conductor, "26 años de honrada carrera".

"Tardo más o menos lo mismo que si hiciera todo el recorrido de un tirón", dice María José Sobella, mientras controla el reloj. Con el transbordo pierde sólo un cuarto de hora, "Un poco lioso, pero justificado", dice. "Cierto que, si esta música sigue mucho tiempo, será un poco molesto y tendré que buscar una alternativa".

Los afectados pueden llamar al teléfono 902 24 02 02 para informarse del plan alternativo diseñado por Renfe o hacerlo en la página web www.renfe.com.