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El traslado de Ence provocará la "desertización industrial"

El sector empresarial de la zona de Pontevedra y Marín subrayó ayer su preocupación ante el traslado forzoso de las instalaciones de Ence en Lourizán antes de 2018, ya que "se corre el grave riesgo de caer en la desertización industrial" de la comarca. Víctor Nogueira, portavoz del Grupo Nogueira, realizó estas declaraciones en el transcurso de una visita que el consellerio de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, realizó a la terminal cubierta de la compañía en el puerto marinense junto al responsable de la Autoridad Portuaria, Juan Carlos Surís y el presidente de la Confederación de Empresarios, Antonio Fontenla.

A pesar de que Vázquez recalcó que "cualquier novedad que haya sobre Ence tiene un recorrido mínimo de cinco años" y con el margen de maniobra que esto supone para el tejido empresarial, Nogueira señaló que "después de la desaparición de Tafisa, si cae Ence y también Elnosa" la zona "quedaría absolutamente huérfana de industria pesada y ése es un empleo de calidad con un impacto indirecto enorme". De hecho, sólo en el puerto de Marín y ría de Pontevedra, la planta de celulosa representa "entre 60 y 70 puestos de trabajo".

El empresario explicó que "los puertos mueven lo que su entorno produce y si vamos dejando de producir el puerto tiene un problema", a lo que añadió que por mucho que las propias instalaciones portuarias puedan generar sus propios flujos comerciales, "lo lógico es que mueva el tráfico de los 50 o 60 kilómetros" de ese territorio. Si bien el responsable de Medio Ambiente afirmó que el puerto es "una de las piezas fundamentales de la economía" de la zona, también aseguró que "nunca habrá un nuevo Ence". Por esta razón Vázquez recalcó la necesidad de "buscar fórmulas nuevas" tanto a nivel empresarial como social y laboral.

Mínimo impacto

Asimismo, recordó que el Gobierno gallego intentará acortar el plazo establecido para la marcha de la celulosa "en la medida de lo posible", aunque la última palabra la tiene la firma que todavía no se ha pronunciado respecto a una nueva ubicación, un paso en el que el Ejecutivo que lidera Emilio Pérez Touriño "está trabajando mucho más de lo que parece".

No obstante, desde el sector empresarial del que se erigió portavoz Víctor Nogueira, reconocen que será muy difícil recuperar el volumen de negocio que aporta la factoría de Lourizán y hacer frente en lo que han denominado como "efecto Ferrol". El Grupo Nogueira, propietario de la terminal cubierta que tiene como principal cliente a la pastera y mueve unas 450.000 toneladas anuales, considera que el impacto ambiental de su actividad en la ría pontevedresa "es inapreciable" y entiende que la estrategia económica debe tender hacia un equilibrio entre el sector primario, secundario y terciario.

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