El PSPV pide soterrar un tramo urbano del metro en Valencia
El proyecto de la Generalitat de remodelar la estación de la línea 1 del metro en el barrio de San Isidro debe aprovecharse para soterrar la vía y trasladar su salida al otro lado del viejo cauce del Turia, donde un aparcamiento disuasorio y una actuación intermodal reducirían el tráfico en Valencia. Así lo propuso ayer el concejal socialista Vicente González Móstoles, quien criticó la "sumisión" del Ayuntamiento al Consell, al que no exige la desaparición de la barrera ferroviaria.
La Junta de Gobierno Local aprobó el viernes los informes técnicos preceptivos para que la Consejería de Infraestructuras pueda acometer la reforma en San Isidro y convertir la estación en intermodal -para metro y cercanías-. El plan prevé, por parte del Ayuntamiento, un aparcamiento en superficie de 725 plazas que reduciría la superficie de un gran parque pegado a las vías y al Cementerio General. Los vecinos, además, continuarían separados del resto del casco urbano por las vías y sólo accederían al parque por una pasarela.
Los técnicos municipales aprueban con puntualizaciones el plan del Consell, pero aprovechan para señalar que no se ha considerado la oportunidad de soterrar las vías en San Isidro, lo que permitiría ubicar la estación junto a la de Valencia Sud, al otro lado del cauce. Esta operación, que ni Infraestructuras ni el Ayuntamiento se plantean, suprimiría la barrera en San Isidro, donde está el último tramo de la línea 1 en zona urbana que discurre en superficie, ya que el trazado en Benimàmet se enterrará a cuenta de una operación urbanística.
Aparcamiento "robotizado"
González Móstoles defendió el planteamiento de los técnicos y lo amplió con la propuesta de un aparcamiento disuasorio "robotizado" y subterráneo, que permite dejar el vehículo sobre una cadena que lo aparca en un espacio más reducido. El soterramiento afectaría a 800 metros de vía e implicaría, según el grupo socialista, un triple beneficio: la eliminación del entramado ferroviario en un área urbana, la comunicación de un barrio consolidado con un futuro parque que ahora queda separado por las vías, y una reducción de la contaminación y del tráfico con la oferta de un aparcamiento en la entrada sur de la ciudad. La propuesta supone "hacer compatible la idea de modernidad con el servicio a los ciudadanos", mientras que dejar la vía en superficie responde a un "modelo antiguo", destacó. El concejal criticó la "beligerancia" de la alcaldesa, Rita Barberá, frente al Gobierno central, que se convierte en "sumisión" ante la Generalitat, a la que no exige este soterramiento. Una demanda "que debería encabezar" como Ayuntamiento.
El responsable de Transportes, el concejal popular Alfonso Novo, replicó que el proyecto no plantea cambios en la línea y se debe a la modificación planteada por Fomento para el apeadero de San Isidro y las líneas de cercanías. Novo reprochó a los socialistas que el AVE entre en la misma zona en la ciudad en trinchera, cuando fueron estos los que pidieron cambios a Fomento que han alargado el soterramiento en 300 metros.
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