_
_
_
_
Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Salarios

Andan estos días las aguas de los medios de comunicación y de la política revueltas tras la publicación de un informe de la OCDE, en el que parece que se concluía que en los últimos diez años los asalariados españoles habían perdido poder adquisitivo. Trataré de aclarar el tema, aunque no es fácil contestar si los salarios han perdido o no poder adquisitivo. En los gráficos izquierdo y central se presenta la evolución de un conjunto de indicadores de precios y salarios desde 1995 hasta 2007. Partiendo de un valor 100 en 1995, en 2007 el IPC alcanza un valor de 142,3. Por su parte, el índice de los salarios fijados en los convenios colectivos se sitúa en 150,1; el de los salarios brutos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral se sitúa en 146,4; y el salario mínimo, en 146,2, con dos periodos claramente diferenciados: hasta 2003 fue quedándose rezagado respecto al IPC y desde 2004 recupera terreno hasta superarlo en 2007. A la vista de estos indicadores cabría deducir, por tanto, que el salario medio no ha perdido poder adquisitivo.

Entre 1995 y 2007, los salarios han perdido 5,6 puntos de participación en el PIB

Sin embargo, la cuestión no es tan simple, pues todos estos indicadores de salarios no dejan de ser indicadores parciales. El indicador más completo sería la remuneración media del trabajo asalariado estimada por la contabilidad nacional. Pues bien, el índice de remuneración media por asalariado alcanza un valor de 139,3 en 2007, cuatro puntos porcentuales menos que el IPC. Pero de esto tampoco se puede concluir ahora que los salarios, individualmente considerados, hayan perdido poder adquisitivo, porque hay múltiples efectos composición. En primer lugar, ahora hay más trabajadores a tiempo parcial que antes, lo que tira a la baja el salario medio. Así, si para evitar este efecto, utilizamos la remuneración media por hora, el índice se sitúa en 143,4 en 2007, ligeramente por encima del IPC. Otros efectos composición provienen del hecho, ya comentado estos días en los medios, de que la mayoría de los nuevos empleos creados en estos años han sido en actividades con salarios inferiores a la media. En todo caso, los principales beneficiarios, entre los asalariados, del progreso de la economía española no han sido los trabajadores ya ocupados (insiders en la terminología inglesa), sino los outsiders: los jóvenes y las mujeres que han podido acceder a su primer trabajo, los que estaban en paro y los inmigrantes. Entre 1995 y 2006, el empleo total ha aumentado un 46% y el asalariado, un 54%. La moderación salarial, derivada de la política sindical y de la presión de la oferta de trabajo en un mercado más flexible, ha sido fundamental en ello.

Esta moderación salarial es mayor si tomamos como referencia no el IPC, sino el indicador relevante a la hora de calcular el reparto de la tarta, el deflactor del PIB. Como se ve en el gráfico central, este indicador toma un valor en 2007 (151,6) notablemente por encima del de las remuneraciones medias por unidad producida (CLU), lo que implica que las otras dos partes en el reparto, el excedente bruto de las empresas (incluidas las rentas mixtas) y/o los impuestos indirectos netos, lo han hecho por encima, aumentando su parte de la tarta. Así, entre 1995 y 2007, las remuneraciones salariales, a tasa de salarización constante, han perdido 5,6 puntos porcentuales de participación en el PIB, de los cuales, 2,9 puntos han ido a engrosar el excedente y los otros 2,7 puntos, los ingresos del sector público. No sé si todo esto aclara algo la cuestión.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_