_
_
_
_
Reportaje:VENECIA, ARTE DE AYER Y DE HOY

La Bienal invade los 'palazzi'

Una ocasión única para visitar históricos edificios privados

La necesidad de encontrar espacios expositivos por parte de países y galerías consigue abrir las puertas de lugares secretos, como los palacios Benzon, Fortuny y Pesaro Papafava.

Mucho antes de que se inaugure la Bienal (del 10 de junio al 21 de noviembre), en Venecia se desata la caza del palazzo. El nuevo orden político, junto con el espectacular crecimiento experimentado, sobre todo en las dos últimas décadas, por la Bienal más prestigiosa del mundo, requiere cada vez nuevas sedes, tanto para las representaciones nacionales como para las iniciativas paralelas que se propagan por toda la ciudad.

Es una ocasión para admirar a muchos de los mejores artistas del momento, y para descubrir palacios privados, misteriosos y ocultos

La Bienal se convierte así, no sólo en una ocasión para admirar a muchos de los mejores artistas del momento, sino también para descubrir palacios privados, misteriosos y ocultos, que se abren al público sólo en raras ocasiones. Es el caso del Palazzo Benzon, un hermoso edificio del siglo XVII convertido -hasta el 23 de septiembre- en sede temporal de la Galería de Arte Contemporáneo de Bérgamo, para acoger la muestra Antropología de un planeta, de Jan Fabre. Los visitantes se desplazan por las salas de techos altos con vista al Canal Grande, ocupadas por las esculturas e instalaciones del artista belga, bajo la atenta mirada de un jardinero que periódicamente refiere sus preocupadas reflexiones a la señora de la casa, una elegantísima anciana que parece querer disculparse por haber abierto las puertas de su histórica mansión al vulgo.

Una pequeña galería

Sin embargo, se trata de una necesidad que el mundo del arte veneciano ya ha convertido en virtud. La galerista Michela Rizzo (www.galleriamichelarizzo.net), que regenta un minúsculo espacio al lado de la plaza de San Marcos donde no caben más de dos obras, suele llevar a sus clientes a su cercana morada, donde expone -y vende- la mayoría de piezas. Con motivo de la Bienal ha alquilado otro enclave secreto, el Palazzo Pesaro Papafava, donde ha instalado los últimos trabajos de Damien Hirst, enfant terrible del arte británico, célebre por sus animales diseccionados conservados en formalina. En esta ocasión, Hirst convierte los símbolos iconográficos cristianos en medicamentos e instrumentos quirúrgicos, en una treintena de obras, reunidas bajo el título de New religion (Nueva religión), que encarnan los nuevos dioses de nuestra época, aquellas pastillas que Los Beatles llamaban mother's little helpers (las pequeñas ayudas de mamá).

Como la gran mayoría de los palacios venecianos, también el Pesaro Papafava se construyó con su lado más hermoso hacia el agua, así que la rica fachada gótica se podrá admirar sólo desde el canal de la Misericordia, por donde no pasan los vaporetti, aunque sí los taxis acuáticos. Este medio de transporte permite no sólo desembarcar en el muelle privado de las mansiones, sino también desplazarse por canales poco transitados, que ofrecen una inédita perspectiva de la ciudad.

Tiene su embarcadero privado también el Palazzo Soranzo van Axel, al lado de la iglesia de Santa Maria dei Miracoli, elegido por el Gobierno mexicano para su primera participación con pabellón en la Bienal.Frente a la imposibilidad de encontrar un espacio cerca de los Giardini, principal sede del evento, México ha optado por una laberíntica morada gótica que bien se adapta a la atmósfera fantasmagórica de la exposición.

Desde el patio interior, una imponente escalera de piedra conduce a las salas que hizo construir en 1473 el procurador de San Marcos, Nicola Soranzo, ahora sumidas en la oscuridad que requieren las instalaciones audiovisuales interactivas de Lozano-Hemmer. El salón donde a partir de 1600 el rico mercader flamenco Van Axel celebraba sus fiestas está iluminado con cien bombillas que parpadean al compás del corazón de los últimos cien visitantes, mientras que el estudio y la habitación del conde Dino Barozzi, un célebre anticuario que adquirió el palazzo en 1920, acogen una obra que convierte al visitante en una antena humana que le permite sintonizar radiofrecuencias con su cuerpo y que le consiente interactuar con figuras proyectadas en el suelo.

De allí, a través del animado campo Santa Maria Formosa, se llega a la Chiesa de San Gallo, una pequeña capilla privada, tan cercana a San Marcos que la mayoría de turistas pasa de largo. Hasta el 24 de noviembre es imprescindible detenerse, pues acoge Ocean Without a Shore, el último trabajo de Bill Viola, una sobrecogedora instalación audiovisual que materializa la transición de lo espiritual a lo material, de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida.

Mitos y leyendas

Va de fantasmas también Ghost Story, la instalación de Willie Doherty, protagonista de la primera participación de Irlanda del Norte en la Bienal, que se presenta en unas dependencias del Instituto per l'Infanzia. El pequeño pabellón, habitualmente cerrado, situado en el jardín de esta entidad gubernamental, resulta especialmente adecuado para un vídeo que combina los mitos y leyendas de un país con una historia cargada de hechos sangrientos con su compleja realidad actual.

La interacción entre obras y lugares genera una atmósfera vagamente inquietante y excitante a la vez, que se vuelve a experimentar en el Palazzo Fortuny, el edificio gótico transformado por Mariano Fortuny en su vivienda-taller a principios del siglo XX, que se abre después de casi 20 años. El motivo es la muestra Artempo, que exhibe una extraordinaria selección de obras sobre el tema del tiempo, procedentes de la ecléctica colección de Axel Vervoordt.

Grandes maestros como Bacon, Giacometti, Warhol, Picasso, Klein y Duchamp se exponen junto a Tàpies, Tony Cragg, William Kentridge y Richard Serra, entre otros, rodeados por los objetos de Fortuny (una cabeza maorí, un enorme tapiz, una misteriosa librería...), en un mágico cuarto de las maravillas, que tiene su broche de oro en las instalaciones in situ de Anish Kapoor, James Turrell y Thomas Schütte.

Del otro lado del Canal Grande, en Dorsoduro, está el plácido jardín del Palazzo Zenobio, con la instalación Wahalla, del australiano Callum Morton, mientras que en el salón de baile barroco se presenta una muestra de artistas latinoamericanos emergentes.

UNA MUESTRA DE ARTE, CINE, TEATRO Y MÚSICA

Arte.La 52ª Bienal de Venecia, bajo el título Piensa con los sentidos. Siente con la mente y cuyo comisario es el crítico y artista estadounidense Robert Storr, acoge hasta el 21 de noviembre hasta 100 creadores de 77 países diferentes y cerca de 60 pabellones nacionales. Durante la Bienal se celebran más de una treintena de eventi collateralli. El Pabellón Central de Giardini presenta una secuencia de grandes clásicos de las últimas décadas: artistas como Sigmar Polke, Nancy Spero, Ellsworth Kelly, G. Richter, Bruce Nauman, Louise Bourgeois y Sol Lewitt; los españoles Ignasi Aballí y Miquel Barceló estarán representados en el Arsenale, mientras que en el pabellón español destacan la instalación de José Luis Guerin, la fotografías de Vilariño, la obra en vídeo de Rubén Ramos y las performances de Los Torreznos. (www.labiennale.org)Cine .La cinta Expiación, del británico Joe Wright, inaugura la 64ª Mostrade Cine (entre el 29 de agostoy el 8 de septiembre), en el Lido.Música.Del 4 al 10 de octubre, conciertos de 61 compositores de medio mundo (Corea, Israel, China...).Teatro.El 18 de julio, a las 21.30,se estrena La famiglia dell'antiquario, dirigida por Lluís Pasqual.Información práctica- Las entradas pueden adquirirse en www.labiennale.org y en los teléfonos 00 394 15 21 87 11 (arte), 00 394 15 21 88 78 (cine), 00 394 15 21 88 98 (teatro). Precio: 15 euros; estudiantes, menores de 26 años y mayores de 65, 12 euros. Dos adultos y dos menores de 14 años, 35. Visitas guiadas de dos horas (reserva previa) para grupos de 10 personas y máximo de 25. En italiano, 75; en otros idiomas, 85 euros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_