"Este año me siento menos a gusto"
Nadal no se ve en su mejor forma y considera muy peligroso a Soderling, su rival de hoy
Richard es un hombre negro y encorvado que anda en chancletas por el club de tenis de Wimbledon mientras fuma un puro extrafino. Richard, que ya tiene sus años, se pasea cerca de las pistas de entrenamiento, observa cómo pelotea Rafael Nadal y agarra del brazo a una camarera adolescente que acaba de terminar su turno. "Cariño, ¿quieres que te coja el bolso?", le dice. Y la chica, arrebolada, se calla. "¿Y el dinero? ¿Te cojo el dinero?", insiste. Luego, satisfecho, Richard se marcha. Le sigue Venus Williams, su hija. Sus andares son orgullosos. Sólo dudan un momento. Al final de la cuesta que preside la colina del Aorangi Park, Richard se para. Chupa su purito. Y mira cómo pelotea la extraña pareja. Rafael Nadal y Gastao Ministro Elias.
Wimbledon está sitiado por la policía. Londres amaneció descubriendo un coche bomba sin explotar. Todos los vehículos son registrados a la entrada del club. Todas las bolsas son olisqueadas por perros entrenados. Y en medio del caos de la seguridad, corre Gastao. Un chico de 15 años. Un tenista con la cara marcada por los avatares de la adolescencia. Un tipo con una agenda hiperactiva. A media mañana, entrenamiento con Roger Federer. Cinco minutos después, peloteo con Nadal en el lado opuesto del club. Entre la centena de tenistas que hay en Wimbledon, los dos mejores comparten el mismo sparring. "Federer es mucho más intenso", resume el júnior.
Nadal, que hoy juega contra el sueco Robin Soderling, necesita toda la ayuda posible en Wimbledon. "Hice algo muy difícil, quizá irrepetible", dice sobre la final que alcanzó el año pasado. "Este año me siento menos a gusto. De entrada, el año pasado hacía menos viento. Ahora, según pasan los días, hay más botes extraños; las pistas están peor. Además, el año pasado no me encontré a un rival que me fuera tan mal como éste [Soderling]", continúa. "Por ránking soy uno de los candidatos. Por forma de jugar, no. No es la idónea. Aquí hay más jugadores que me pueden llegar a fastidiar y doler. Hay poco margen de error".
El número dos del mundo atiende con naturalidad los problemas del estrellato. En Wimbledon, termina de entrenarse y camina por los pasillos abiertos al público entre flashes, carreras y peticiones de autógrafos. No se recluye en los laberintos privados de los tenistas. Hace solo la compra en el supermercado y se da masajes en el club porque ha roto la camilla que le acompaña en sus viajes. "Fue de Videos de Primera total. Me tumbé y al suelo directo".
"El tema en Wimbledon no es puramente de tenis", explica Nadal. "Influyen otros factores. En tierra sé cómo estoy jugando y no dependo tanto del rival. Aquí la bola pesa mucho, es una piedra. La pista exige que saque un pelín más rápido", continúa. "Los cambios de temperatura matan", añade mientras sostiene un spray para su taponada nariz. "¡Si tienes un resfriado no te puedes tomar nada!", se queja. "Es exagerado. Debido a otros deportes, otros salimos perjudicados". Nadal prepara con todas las armas el asalto a Wimbledon, donde ayer Ferrero se clasificó para octavos tras vencer a Blake: 3-6, 6-3, 6-3 y 7-6 (4). Nadal tiene casa aquí. Y tiene, aunque compartido, a Gastao Elias.
Otros resultados: 3ª ronda: Hombres: J. Tipsarevic (Ser.) a F. Gonzalez (Chi.), 6-3, 3-6, 6-3, 4-6 y 8-6. P. Mathieu (Fra.) a I. Ljubicic (Cro.), 4-6, 7-5, 6-2 y 6-3. J. Tsonga (Fra) a F. Lopez, 6-3, 7-6 (4) y 6-3. R. Federer (Sui.) a M. Safin (Rus.), 6-1, 6-4 y 7-6 (4). A. Roddick (EE UU) a F. Verdasco, 6-3, 6-4 y 7-6 (2).
Canal + Deportes: a partir de las 14.00.
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