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Castellón se queda sin 'mercat del dilluns' por la protesta de los vendedores

El inminente traslado de los puestos al recinto de ferias y mercados provoca el "plantón"

María Fabra

Castellón se quedó ayer sin su tradicional mercat del dilluns que vendedores ambulantes de fruta, verdura, ropa, textiles y complementos instalan semanalmente en la Avenida del Mar. El inminente traslado de éstos al nuevo recinto de ferias y mercados y las condiciones que han de asumir en su nueva ubicación provocó ayer una protesta que acabó con el "plantón" de la práctica totalidad de los vendedores. Los comerciantes protestan porque el canon que tendrán que pagar en el nuevo enclave duplica el que abonan ahora y, además, tendrán que hacer un depósito de 1.200 euros.

Sin que existiera anuncio alguno de la "huelga" que tenían previsto organizar los vendedores, a primera hora de la mañana, momento en el que empiezan a instalar sus puestos, un grupo de comerciantes comenzó a trasladar al resto la iniciativa como medida de protesta a los cánones que han de desembolsar en el nuevo recinto.

Las instalaciones, un proyecto del Ayuntamiento de Castellón, están prácticamente preparadas para acoger algunas de las pequeñas ferias que se celebran en la capital de La Plana así como para otorgar a los tradicionales vendedores ambulantes del mercado un espacio más digno en el que realizar su trabajo. Sin embargo, tal como expusieron ayer algunos de los afectados, el traslado al nuevo recinto les supone el pago del doble del canon que pagaban hasta ahora, pese a que éstos han sido supuestamente negociados por la Unión de Vendedores Ambulantes.

Según los afectados mientras que en un principio les informaron de que pagarían 1,5 euros por metro cuadrado, sin ningún tipo de depósito, a partir de ahora habrán de desembolsar dos euros para la mañana del lunes y otros tres para la tarde, ya que el ayuntamiento anunció que el mercado permanecería instalado también en horario vespertino. Estos cinco euros se incrementarían a seis, según denunciaron ayer, en las jornadas de domingo que instalen sus puestos, hecho que ocurre de manera excepcional durante algunos destacados domingos del año, cercanos a Navidad, lunes festivos o en Semana Santa.

Los vendedores que se concentraron ayer y boicotearon la instalación del tradicional mercado indicaron que, además, les obligan a formalizar una serie de depósitos cuyo coste asciende a 1.200 euros lo que, según dijeron, les obligará a subir los precios de sus productos entre 5 y 10 euros. Los vendedores aseguran que mantendrán su protesta hasta llegar a un acuerdo.

Por su parte, el presidente de la Unión de Vendedores Ambulantes, Juan Jarque, dijo ayer desconocer el malestar entre los comerciantes y aseguró que se están cumpliendo las condiciones que se pactaron. En cualquier caso, el concejal de Servicios Públicos, Miquel Soler, se vio ayer obligado a recibir a un grupo de los vendedores que están en desacuerdo a los que solicitó sus reivindicaciones por escrito con el fin de poder estudiarlas. Además, la empresa adjudicataria de la gestión del recinto, Refeyme, mantuvo que el tradicional mercat del dilluns "sigue siendo municipal", por lo que está regulado por un reglamento municipal aprobado por el Ayuntamiento de Castellón, que es quien "marca los precios y las condiciones de uso".

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