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Ecologistas piden a la Xunta que proteja un espacio natural de Castroverde amenazado por varias canteras

Los espacios naturales interiores de la provincia de Lugo viven bajo la amenaza constante de distintas explotaciones mineras. Bosques de castaños desaparecen por la extracción de pizarra en la zona sur; y la supervivencia de humedales de A Terra Chá y zonas de concentración parcelaria están pendientes de la concesión definitiva para explotar a cielo abierto tres minas de cuarzo. Ahora, sobre 37 kilómetros cuadrados de la Serra de Outeiro Mayor, que discurre por los municipios de Castroverde, O Corgo y Lugo, pende la amenaza de varias explotaciones de granito, las de San Javier, para las que dispone de un permiso de investigación minera la empresa Ingemarga.

Técnicos y voluntarios de la Fundación Germán Estévez para la protección a la naturaleza ya dieron la voz de alarma a la consellería de Medio Ambiente. También hicieron lo propio ante la Dirección Xeral de Urbanismo para lograr una protección de esta Sierra, también conocida como paraje de Soutomerille, en el nuevo planeamiento de Castroverde, en fase de redacción.

Además, los ecologistas solicitan a la Xunta que ejecute un plan integral de protección para esta área en la que figuran el Pico de Outeiro y Pena Branca, dos rocas de especial relevancia morfológica consideradas por la fundación como "únicas en Galicia". Pero, además, Soutomerille está poblado por castaños centenarios y abedules que rodean una capilla del siglo XV.

Los ecologistas tienen claro que es necesario "preservar y cuidar" esa zona por la que discurre el camino primitivo de peregrinación a Santiago. La fundación inició ya la batalla legal. En su lucha cuentan con el apoyo de la asociación Pena Branca, del Ayuntamiento de Castroverde.

El permiso de investigación minera, "que se acabará convirtiendo en concesión", contempla la actividad a cielo abierto, lo que implicará, dicen, "un fuerte impacto paisajístico", con un tiempo de actividad de 30 años. El criterio de la empresa para seleccionar las tierras fue, según el colectivo, "la facilidad de extracción".

Pero las canteras también perjudicarán a propietarios de los montes. Los vecinos de Barredo plantaron especies autóctonas recientemente para uso forestal, con varias captaciones de agua que también podrían ser dañadas.

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