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Reportaje:Fútbol

"José, ficha a Yaya"

Touré, el portento físico al que Drogba quería en el Chelsea, llega a Barcelona

Hace tiempo que Yayá Touré entró en la historia del fútbol mundial. Fue el día que el Beveren, equipo de la Primera División de Bélgica, saltó al terreno de juego con un equipo formado por once africanos. Yayá, el mediano de los hermanos Touré -Kolo, el mayor, juega en el Arsenal; e Ibrahim, el menor, en el Niza- estaba ahí, recién llegado del Abidjan, un equipo de Costa de Marfil que tiene un acuerdo con el Beveren.

Nacido hace 24 años en Yapougon, un barrio de Adidján (Costa de Marfil), Yaya Touré será presentado mañana como nuevo futbolista del Barcelona, que pagará 12 millones al Mónaco.

"Desde hace meses, Yaya me preguntaba cosas del Barça; sobre los jugadores, la ciudad, los restaurantes, las casas...", explicó recientemente Gerard López, ex futbolista del Barcelona que juega desde hace dos años en el Mónaco. La última vez que Touré estuvo en Cataluña fue, precisamente, para asistir al entierro del hermano de Gerard, el inolvidable Sergi. Gerard no tiene ninguna duda de que Touré tiene condiciones para triunfar en la Liga y el fútbol mundial.

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"Es un fichaje importante. Es joven y su nivel competitivo ya es altísimo", cuentan en el cuerpo técnico azulgrana, que han optado por el centrocampista africano antes que por el italiano De Rossi, más caro. "Va para crack", insisten, al tiempo que lamentan que la figura de Henry difumine el impacto mediático de la contratación de un jugador que comandó a Costa de Marfil en Alemania 2006, escenario de la primera aparición de los elefantes en una fase final del Mundial.

Formado en la academia Sol Beni, de la que han salido entre otros su hermano Kolo (Arsenal), Romario (Le Mans), Boka (Stuttgart), Eboué (Arsenal) o Yapi Yapo (Nantes), Yaya llegó a Bélgica con 18 años. Jugó dos temporadas y media, tiempo suficiente para participar en 70 partidos y meter tres goles, con el Beveren. En enero del 2004, Touré abandonó el club belga y probó con el Arsenal, donde ya jugaba su hermano Kolo. Arsène Wenger, el entrenador francés de los gunners, le descartó: "Es más de lo mismo. Tiene calidad, pero lo tenemos repetido". El técnico no mentía. Acababa de fichar a Gilberto y contaba con Vieira en plena forma. A Touré siempre se le ha comparado desde entonces con el centrocampista galo.

Yaya fichó entonces por el Metallurg de Donetsk (Ucrania). Aguantó el frío durante año y medio -33 partidos, 3 goles- y en verano de 2005 se marchó al Pireo, el puerto de Atenas, para jugar en el Olympiakos. Triunfó como lugarteniente de Rivaldo, que le señala por su generosidad en el campo. En Atenas ganó la Liga, la Copa y el mismo año jugó la final de la Copa de África, antes de recalar en el Mónaco, un equipo con el que disputó 27 partidos y metió cinco goles. Ayer Yayá llegó a Barcelona, procedente de su país, donde disfrutaba de sus vacaciones.

La llegada del centrocampista, que fichará por cuatro temporadas, atiende a la necesidad de reforzar la línea de medios del equipo azulgrana. Ya contratado Henry para aumentar la competencia entre los delanteros, y presentado el portero vasco Oier Olazabal, que actuará en el filial, el Barça se plantea ahora fichar un lateral (Abidal es el principal candidato, pero las negociaciones con el Olympique de Lyon se presentan muy complicadas); un central (el acuerdo con la Roma por Chivu está muy adelantado) y no se descarta tampoco la posibilidad de incorporar a un nuevo centrocampista que endurezca más al equipo, extremo que se convertirá en exigencia si finalmente Deco deja el equipo.

Yayá Touré responde al perfil de futbolista que pretendía Rijkaard para un puesto que considera clave como es el del medio centro. Alto (1,89m), físicamente intimidatorio y rápido en los movimientos, el futbolista africano barre la medular, tiene consistencia y llegada, y sus cualidades técnicas son estimables. A veces, quizá, se descuelga demasiado y hay que contrastar su capacidad táctica, decisiva por la demarcación que ocupa en un equipo con el barcelonista. "Entendemos que es fiable", insisten los ayudantes del entrenador. Rijkaard ha extrañado en distintos partidos de la pasada temporada un jugador como Touré. La irregularidad de Motta, las lesiones de Márquez y el cansancio de Edmilson, han fracturado a menudo al Barcelona, y el africano se presenta como una solución.

"Touré llegó a Europa a los 18 años y ha jugado hasta en Ucrania", recuerdan los técnicos del club azulgrana para expresar su confianza en la adaptación del jugador, más preciso en el juego en corto que en los cambios de orientación. El físico intimidatorio le permite mezclar con los centrales y defender y atacar especialmente las jugadas de estrategia. La estadística del Mónaco recuerda que en el ejercicio pasado marcó cinco goles y dio seis asistencias con el Mónaco.

Desde el Barça se insiste en compararle con el omnipresente Vieira. Didier Drogba, el delantero centro del Chelsea, estaría de acuerdo. No hace tanto, al volver de la Copa de África, habló con su entrenador, el portugués José Mourinho: "Le pedí al míster que fuera a ver a Yaya Touré y le fichara", explicó el pasado año el delantero marfileño cuando fue preguntado por el jugador contrataría. No debió hacerle mucho caso porque ayer aterrizó en Barcelona. Drogba tiene las cosas claras sobre su compatriota: "Es el nuevo Vieira. Tiene su mismo físico, la misma potencia y una técnica impresionante".

Touré, a su llegada ayer al aeropuerto de El Prat, en Barcelona.
Touré, a su llegada ayer al aeropuerto de El Prat, en Barcelona.

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