Chano Domínguez regresa a Vigo para el festival de Jazz

El Teatro García Barbón acogerá esta noche (22.00 horas) otro de los conciertos más esperados del Festival de Jazz de Vigo, que se abrió el jueves con el noruego Jan Garbarek. En su vuelta a esta ciudad, Chano Domínguez presentará al público gallego el proyecto musical que le ha ocupado en los últimos dos años: la reformulación del nuevo sonido flamenco. Y así se llama la banda que le acompaña, pero en inglés: New Flamenco Sound.

Además de Domínguez al piano, conforman el grupo siete músicos: Marc Miralta (batería), Mario Rossy (contrabajo), Israel Suárez El Piraña (percusión), Julián Sánchez (trompeta), Jordi Bonell (guitarra), Marina Albero (teclados, salterio y vibráfono) y Llibert Fortuny (saxo alto y efectos de sonido), además del bailaor Tomás Moreno Tomasito y el cantaor Blas Córdoba, Kejío. Una agrupación de lujo en la que casi todos sus miembros desarrollan brillantes carreras en paralelo.

La declaración de principios que parte del nombre se plasma en la reunión de músicos flamencos y de jazz buscando la integración de los dos lenguajes con los que el gaditano lleva experimentando durante prácticamente toda su vida. En la New Flamenco Sound (NFS) confluyen también sus referentes musicales, cualquiera que sea la orilla de la que partan.

Reclamado en los principales escenarios internacionales, a Vigo llega procedente de Toulouse, Domínguez ha escrito una página en la historia al ser el primer músico español fichado por la discográfica Verve, sinónimo de prestigio en el mundo del jazz. Después llegaron el Grammy y su participación en la película de Fernando Trueba Calle 54, un tributo emocionado al jazz latino. Este verano le esperan en los principales festivales de jazz europeos y en algunos de los homenajes al pianista Tete Montoliu en el décimo aniversario de su fallecimiento. Dentro de unos meses, allá por el mes de noviembre, viajará hasta Suramérica, donde tiene previsto ofrecer una serie de conciertos con la NFS.

Otro clásico es el saxofonista noruego Jan Garbarek, cuyo concierto inauguró el festival el pasado jueves en el mismo escenario que pisará Chano Domínguez esta noche. El teatro registró una buena entrada, con muchos músicos gallegos, de jazz sobre todo pero también de estilos más próximos al folk, entre el público. Alternando el saxo soprano y el sopranino, Garbarek enlazó los dos primeros temas y el auditorio pareció contener la respiración, como profesando un respeto casi reverencial.

Solos rotundos

Cuando permitió la pausa, llegó la primera ovación de una noche en la que proliferaron los aplausos largos. Y que llevaron todos, porque el batería Manu Katché, el bajista Eberhard Weber y el pianista Rainer Brüninghaus se entregaron tanto como su líder. Autores de rotundos solos que parecían detener el tiempo, tocando al unísono los cuatro o dialogando, Garbarek y sus músicos lograron cotas muy elevadas de fuerza e intensidad.

Reconocido por su enorme dominio técnico, el saxofonista noruego conducía a los demás a aparentes callejones sin salida en los que cada uno supo crear subterfugios. El cuarteto armó bosques de ideas y pasajes líricos que evocaban a una orquesta sinfónica. O sonaban más callejeros en otras composiciones de tono menos introspectivo aderezadas con melodías de raíz popular. Tenían el público rendido de antemano, pero no bajaron el listón en ningún momento, como corresponde a los grandes. En un gesto de humildad, Garbarek no soltó la maleta donde guardaba los instrumentos ni para recoger los vítores.

Dentro del festival, el próximo lunes comienza en el MARCO (20.30 horas) un ciclo de tres mesas redondas. La primera trazará un panorama del jazz portugués en la actualidad. El martes, semblanza de Tete Montoliu a cargo del músico Horacio Fumero, el crítico de EL PAÍS Chema García y el director general de Cultura, Luís Bará, buen aficionado que presenció en Vigo el último concierto del pianista antes de su muerte. La sesión del miércoles analizará tres proyectos musicales de Valencia, Francia e Italia.