El Barça pone firme a Ronaldinho

El Barça no pierde el tiempo. La plantilla azulgrana llegó ayer a Barcelona procedente de Suráfrica, donde el miércoles jugó un amistoso para cerrar la temporada, y la cúpula del club citó a Roberto de Asís, el hermano y agente de Ronaldinho, para comunicarle el código de disciplina que se aplicará la próxima temporada.

El presidente Joan Laporta y el entrenador Frank Rijkaard trasladaron al representante del gaucho el nuevo capítulo de normas y le avisaron de que no tolerarán que haga vida en el gimnasio -se ha perdido más de la mitad de entrenamientos este año- ni conductas que se alejen de la profesionalidad exigible a un deportista.

El club avisó al 'gaucho' de que no consentirá que falte a los ensayos y haga vida en el gimnasio

El entrenador quiere que el brasileño y Eto'o sigan, pero no permitirá que dividan al vestuario

La estrella brasileña, que quiere seguir en el Camp Nou -hace tiempo que ya no coquetea con el Milan- aceptó el nuevo régimen disciplinario y todo apunta a que Laporta le pidió que demostrara con hechos su compromiso absoluto con el club, según Catalunya Ràdio. Roberto de Asís, por boca de su hermano, volvió a aceptar. Después, se reunió con el vicepresidente Ferran Soriano para pactar la parte del contrato que el club le pagará a través de la fundación que tienen en Porto Alegre y que le permitirá desgravar un guiño que hace tiempo reclamaba el gaucho. A eso se limitará la mejora del contrato que solicitó repetidamente hace un año.

La reunión con De Asís, a la que también asistió el director deportivo Txiki Begiristain, es la primera medida que ha tomado el Barça después de que Laporta denunciara el lunes que un grupo de jugadores se "habían extralimitado" al desviarse de la profesionalidad exigible a un deportista de élite. Decepcionado consigo mismo y con su política paternalista, Rijkaard se alineó por completo con Laporta. "Acusar a los jugadores sería demasiado fácil. Prefiero acusarme a mí mismo. Los jugadores actúan como tú les permites", dijo el técnico asumiendo su culpa. "Ahora hay que empezar y dejar las cosas claras para que se comporten como queramos", dijo a Barça TV. No habrá distinciones y Rijkaard, por primera vez, insinuó que en el vestuario ha habido dos bandos: el del camerunés y el del brasileño. "Son grandes jugadores y me gustaría seguir con ellos, pero les tenemos que indicar cómo queremos trabajar. No puedo permitir que haya dos partes.

Tenemos que tratar a todos los jugadores por igual pero tengo confianza en que puedan seguir significando mucho para el club". Luego pidió que no se le malinterpretara, pero reconoció que el no ganar la Liga -"y la hemos querido muchísimo"- había contribuido a esto: "El título habría escondido cosas y ahora están más claras que nunca". Y acabó rindiéndose a tres jugadores: "Me ha gustado Puyol como capitán. A veces se ha sentido solo, como clamando en el desierto para mantener el espíritu del equipo; Iniesta, gran jugador y gran persona, y Messi, que ha explotado".

La junta calcula dar media docena de bajas y la renovación no se hará esperar. Las negociaciones empezaron con Giuly y Txiki comunicó al agente del francés que Rijkaard no cuenta con él. El delantero tiene un año de contrato pero el club quiere cobrar traspaso y le ha tasado en seis millones de euros. El futuro de Deco, que hoy pasará por las oficinas, tampoco está claro. La junta planea desactivar el clan brasileño que rodea a Ronaldinho y desprenderse de jugadores como Motta y Belletti. Deco forma parte del mismo grupo y Laporta fue ayer ambiguo con el portugués. "No ponemos a la venta a ningún jugador", dijo Laporta, menos contundente que cuando garantizó la continuidad de Ronaldinho y Eto'o. "El otro día dije lo que dije. Ahora se está trabajando en las altas y las bajas e iremos informando a medida que se vayan confirmando".

Laporta sólo hizo una concesión a sus futbolistas y les defendió pese a que sólo cinco de ellos (Thuram, Oleguer, Iniesta, Gio y Belletti) acudieron a la recepción en Johanesburgo con el ex presidente surafricano Nelson Mandela. El acto era voluntario y ni Ronaldinho ni Eto'o acudieron. "La recepción no constaba en el programa oficial y el Barça estuvo muy bien representado", zanjó.