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Quique se planta ante Soler y logra que eche a Carboni del Valencia

Después de 12 meses de lucha incruenta, el técnico del Valencia, Quique Flores ganó el pulso al director deportivo, Amedeo Carboni. El madrileño, de 42 años, cumplirá la temporada de contrato que le queda mientras que el italiano, también de 42, abandonará el club el 30 de junio. Fue una victoria dura y casi en el último minuto. En los últimos días, Quique se plantó ante el presidente, Juan Soler. "O él o yo", le dijo después de que Soler hubiese cambiado su discurso en las últimas horas. Durante meses, Soler había prometido a Quique que seguiría en el banquillo y que Carboni dejaría la entidad. A finales de la semana pasada, sin embargo, Soler, al no encontrar sustituto al italiano, decidió que siguiera la cohabitación.

Quique se sintió engañado y se negó a aceptar la nueva propuesta. El entorno del técnico veía ayer por la tarde "muy feota" la continuidad del entrenador. Soler había comenzado a buscar un nuevo preparador. Pensó en Juande Ramos, en Bernd Schuster y en Joaquín Caparrós, pero desistió y cedió al órdago de Quique. Entre otras razones, porque la marcha de Quique le habría dejado a la intemperie; a expensas de que, al primer contratiempo, el público le sacara a gorrazos de Mestalla. Ahora, si la cosa va mal, siempre puede entregar el cadáver del técnico. También el vestuario -Albelda, Cañizares, Villa y Angulo- ha votado a favor del entrenador. La primera muestra de la victoria de Quique fue la cesión de Hugo Viana, con quien no contaba, al Murcia.

El club emitió un comunicado a media tarde en el que anunció: "En las próximas fechas, compartiremos la alegría y la ilusión de (...) reforzar así la plantilla que dirige y dirigirá nuestro entrenador: Quique Sánchez Flores. Igualmente, y dentro de esta política de club, comunicaremos en breve el nombre del nuevo director deportivo".

Soler cedió a la presión no solamente de Quique, sino del valencianismo, que quería que el presidente tomara de una vez la decisión, fuera cual fuera, y no esperara al 30 de junio tal y como pretendía. El Valencia barajaba ayer dos opciones para suplir a Carboni: una muy costosa, la de Monchi, secretario técnico del Sevilla, con quien ya habló hace unos meses Quique a instancias de Soler; y otra, más barata, Juan Sánchez, ex delantero del Valencia y del Celta, que ya ha estado este curso en la secretaría técnica de Mestalla.

Inquina personal

El enfrentamiento entre Quique y Carboni arrancó el mismo día en que el italiano llegó al cargo, a finales de la campaña 2005-06, y continuó hasta el último día. Una inquina personal procedente de cuando el ex lateral izquierdo Carboni apenas jugaba con Quique en el banquillo.

Como jefe de los fichajes, Carboni fracasó en la adquisición de su compatriota Tavano (diez millones), en la del lateral Del Horno (ocho) y en la marcha gratis de Ayala al Villarreal tras un choque también personal con el central argentino. Y acertó en la contratación de Morientes (cinco) y en la apuesta de Silva por Aimar, que avaló también el técnico.

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