Los madereros prometen duplicar la riqueza del rural si gestionan el bosque
El sector exige una nueva Ley de Montes y se compromete a invertir 900 millones de euros
Las tres grandes asociaciones de industrias madereras se han unido, por vez primera en Galicia, para pedir a la Xunta que consensúe con ellas una nueva Ley de Montes. Su oferta es doblar la riqueza del rural gallego, crear 12.750 nuevos empleos directos e invertir 900 millones de euros en plantaciones y nuevas fábricas. A cambio piden que, sin aumentar la actual superficie forestal gallega, les permitan gestionarla con concentraciones parcelarias.
Las madereras gallegas facturan 2.200 millones de euros y aspiran a alcanzar los 4.334 millones. Pero advierten que, si la Consellería de Medio Rural se toma el bosque como un lugar de paseo y para coger setas, el sector maderero encogerá en diez años hasta los 1.139 millones de euros. Los datos aparecen en el estudio La industria forestal en Galicia, un cuaderno firmado por el Cluster de la Madera de Galicia (CMA), la Asociación Monte Industria y la Federación de Empresas de Aserraderos y Rematantes de Galicia (Fearmaga). Es la primera vez que estas tres patronales firman y comparecen juntas para plantear una propuesta.
El documento se basa en un mejor aprovechamiento de los bosques gallegos para la plantación de pinos y eucaliptos, reservando al menos un 30% del monte industrial para áreas de recreo y especies nobles. La reserva forestal gallega ocupa ahora 2 millones de hectáreas, pero sólo da una producción de 6,8 millones de metros cúbicos de troncos cortados al año. El citado estudio asegura que, en la misma superficie forestal, los bosques deberían generar 12 millones de metros cúbicos de madera "sólo con estar bien gestionados, que es lo mismo que evitar que permanezcan como hasta ahora, abandonados", explica Daniel Villapol, presidente de la empresa lucense Maderas Villapol.
El caso Villapol
La empresa está asentada en Trabada (Lugo), factura 9 millones de euros al año y emplea a 90 personas. Nada especial. Una más de los cientos de pequeñas madereras gallegas. Lo llamativo del grupo es la nueva filial, Laminados Villapol, una industria dedicada a la producción de madera de calidad para ventanas, puertas y escaleras. Tampoco sería reseñable si no fuese porque la madera utilizada son troncos de eucalipto. En eso es la primera y, de momento, la única en el mundo.
¿Laminados de calidad de eucalipto? "Sí. Llevamos siete años y aún no hemos logrado rentabilizar la inversión. Casi toda nuestra producción sale para Alemania. Pero ya empezamos a vender en España...", explica Daniel Villapol, mostrando unas tablas de madera blanca y hermosa. Hasta ahora el eucalipto gallego era, básicamente, pasto de trituración para celulosa y aglomerados de madera barata. El grupo Villapol ha apostado tan fuerte por su idea que incluso ha construido una gran mansión que sirve de banco de pruebas y exposición del producto: toda la casa es de eucalipto y está ensamblada sin un solo clavo.
El nuevo lobby maderero gallego, integrado por las tres principales asociaciones industriales, se ha tomado el caso Villapol como una contraprogramación eficaz frente a la mala imagen del eucalipto.
Según el estudio del sector, si la Xunta accede a consensuar una reforestación que permita duplicar el número de pinos y eucaliptos plantados, las empresas facturarían 1.480 millones en carpintería y mobiliario; 880 millones en tablero y chapa; 855 millones en aserrado; 575 millones en rematantes; 448 millones en celulosa; y 96 millones de euros en producción de papel.
El estudio indica que, aunque Galicia produce el 23% de la madera española, España importa el 54% de su consumo. Su escenario ideal prevé reducir la importación española al 46% y aumentar la cuota gallega al 35%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.