El príncipe de San Antonio
El base Tony Parker, primer europeo designado mejor jugador de la final de la NBA, brilla en su mejor curso pese a su idilio con la farándula
Los Spurs de San Antonio, campeones de la NBA después de pasar por encima de los Cavaliers de Cleveland (4-0), se rigen por tres leyes sagradas que todo individuo que forma parte de la organización respeta como si fueran los Diez Mandamientos. Primera: ningún jugador está por encima del resto. Segunda: el entrenador, Gregg Popovich, tiene el poder absoluto. Y tercera: defensa, defensa y defensa.
Por ello llama la atención que el base Tony Parker (Brujas, Bélgica; 1982; con nacionalidad francesa desde los 15 años) se haya erigido sobre la franquicia por razones que poco tienen que ver con el baloncesto y que Popovich trague sin poner ninguna pega. La relación de un jugador con una estrella de la televisión y reina de la belleza, en este caso la actriz Eva Longoria, no es algo nuevo en Estados Unidos. Tampoco lo es que un integrante de la NBA busque hacer carrera en el mundo de la música y se atreva a publicar un álbum de rap cuyo primer título alcanzó el primer lugar de la lista de éxitos en Francia. Lo curioso es que Parker tenga un idilio con la farándula, asista a galas destinadas a que las actrices paseen sus curvas por la alfombra roja y que ello coincida con su mejor temporada en la NBA. Si Popovich aguanta estoicamente viendo a su base en las portadas de las revistas del corazón y escuchando los preparativos para su boda es porque el francés se toma su profesión tan en serio como el que más.
El francés se ha adaptado por completo al sistema de juego norteamericano
Cada día, después del entrenamiento, Parker se quedaba dos horas más que sus compañeros practicando su tiro de media y larga distancia. Ello, unido a su frenética velocidad, le ha convertido en uno de los bases más peligrosos de la Liga norteamericana. En la temporada pasada concluyó con un porcentaje de acierto en el tiro del 54%, el más alto para un base desde 1974. En la actual, con 18,6 puntos y cinco asistencias de media por encuentro, junto a un porcentaje de tiro superior al 50%, ha consolidado su posición de poder en el vestuario de los Spurs, por mucho que se haya convertido en el nuevo objeto de burla de sus compañeros. Su nuevo apodo es Hollywood.
Cuando llegaron los playoffs, a Parker le tocó la tarea de verse primero cara a cara con gente de la envergadura de Steve Nash, base de Phoenix, en un duelo del que salió bien parado, y luego con Deron Williams, contra quien sufrió un calvario debido al tamaño del base de Utah.
En la final, contra Cleveland, Parker explotó definitivamente, se adueñó del escenario y se coronó como el mejor jugador, convirtiéndose así en el primer europeo en poder presumir de ese galardón.
Con 24 puntos, cuatro asistencias y cuatro rebotes, Parker consolidó un cambio en su juego y una adaptación total al sistema norteamericano. A pesar de que empezó a disponer de minutos nada más aterrizar en la NBA, su carrera ha estado llena de altibajos debido al choque entre su filosofía de pasar primero el balón frente a las ideas de Popovich, que le pedía a gritos que atacara el aro y lanzara más a canasta.
Parker llegó a Estados Unidos en el verano de 2000 como parte de un combinado europeo júnior que jugó contra la selección estadounidense. Ante un equipo compuesto por Zach Randolph y Darius Miles, entre otros, el desconocido Parker se convirtió en la noticia más sorprendente del partido. Hijo de Tony Parker, un trotamundos estadounidense que jugó en la Liga belga y en la francesa, y criado en el Instituto Nacional del Deporte y Educación Física de París, Parker, capitán de la selección francesa, formó parte de la mejor generación de baloncestistas de ese país, que incluía a sus dos mejores amigos, Boris Diaw, de los Suns, y Ronny Turiaf, de los Lakers.
Sin embargo, su idilio con Popovich no comenzó por el buen camino. En su segunda temporada, decidido a traspasar a su base a Nueva Jersey a cambio de Jason Kidd, el destino hizo que los Spurs y los Nets se vieran las caras en la final. Parker se merendó a Kidd en seis partidos y los Spurs lograron el primero de sus tres anillos (2003, 2005 y 2007) con Parker como base. El cuarto, de matrimonio, se lo pondrá el base francés este verano en el castillo de Chantilly.
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