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Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de Estados Unidos

Hamilton cierra el paso a Alonso

El británico gana su segunda carrera consecutiva tras evitar dos veces que el español le adelantara en Indianápolis

Las opiniones son libres y, por lo tanto, las habrá para todos los gustos. Pero la realidad final es que Lewis Hamilton impidió por dos veces que Fernando Alonso le adelantara y se adjudicó su segunda victoria consecutiva. La batalla que mantuvieron los dos pilotos de McLaren Mercedes en el mítico circuito Speedway, de Indianápolis, fue épica desde la salida. Por eso la derrota duele más aún. No se trata ya sólo de los dos puntos más que araña -Hamilton es líder del Mundial, con 10 de ventaja sobre Alonso-, sino fundamentalmente del daño psicológico que causó el británico al español. No pudo adelantarle ni en la salida ni siquiera cuando parecía que iba a lograrlo transcurridas ya 38 vueltas. Y punto.

El acoso del bicampeón fue terrible en la vuelta 38ª. Intentó pasar por ambos lados
Alonso sufre sorprendido por la conducción, la capacidad mental y la frescura de Hamilton
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"Se decidió en la primera curva"

Ése es el problema. Incluso el mejor Alonso no puede con Hamilton. El británico no se arruga fácilmente. No lo hizo cuando anteriormente tuvo que defender su posición frente a Felipe Massa y Kimi Raikkonen. Y ayer, por primera vez, no se amilanó tampoco cuando fue su compañero de equipo, Alonso, el que intentó adelantarle. Día a día, Hamilton se consolida como un gran aspirante al título. Va quemando etapas a la velocidad del viento. Y, si el coche le responde como hasta ahora, no se vislumbran motivos para pensar que no soportará la presión psicológica a que le está sometiendo el español. Por el momento, la presión incluso parece pesar más sobre Alonso que sobre Hamilton. En las siete carreras disputadas, éste sigue sin cometer ni un error. En cambio, el asturiano acumula ya algunos. Ayer sumó otro cuando se salió ligeramente de la pista y perdió un segundo, ya en las postreras vueltas de la carrera, que le impidió realizar un último intento.

Alonso sufre. Mucho más de la cuenta. Más de lo que él mismo esperaba. Hamilton le ha sorprendido. No sólo por su conducción, sino también por su capacidad mental y por la lógica frescura que concede el hecho de ser debutante y no jugarse nada. Puede tomar muchos más riesgos que Alonso. El español, de 25 años, está pensando en conseguir su tercer título y, por el momento, se arruga cuando pintan bastos en los adelantamientos. Prefiere asegurar puntos. Pero esta táctica, que ayer le impidió frenar a Hamilton, no le servirá ya en el futuro si las cosas siguen avanzando por el mismo camino que hasta ahora.

Alonso salió convencido de que iba a ganar la carrera. Su McLaren se colocó incluso a la misma altura que el de Hamilton cuando ambos iban a afrontar la primera curva. Pero entonces el británico buscó su trazada, se escoró claramente hacia la derecha y taponó el camino de Alonso, que intentaba ya realizar su primer adelantamiento. "Los dos frenamos en el mismo punto. Traté de adelantarle, pero es mi compañero de equipo y no es cuestión de forzar", indicó el ovetense, indagando por qué no cuadró ya el primer intento. Allí acabó la primera parte de la carrera. Estaba por ver si realmente las estrategias eran tan distintas que permitirían a uno u otro decidir la carrera en los boxes.

Y no fue así. Los dos habían salido prácticamente con la misma gasolina y, como consecuencia, todo quedó igual al salir del primer repostaje. Sin embargo, en las siguientes vueltas, Alonso se mostró mucho más agresivo y buscó con insistencia a un Hamilton que estaba acusando problemas de graining (ampollas que aparecen en los neumáticos a altas temperaturas y que se corrigen bajando la velocidad). Allí se vio lo mejor de la carrera. Durante diez vueltas, el acoso de Alonso fue terrible. Y especialmente en la vuelta 38ª, cuando se le echó encima a Hamilton en la curva de entrada a la recta y le igualó incluso antes de concluir la recta, intentando pasarle por los dos lados. Entonces, el británico maniobró de forma cuestionable: cambió su dirección para cerrarle el paso. Alonso no forzó más. "Es mejor coger ocho puntos que ninguno", reflexionó luego.

Todo acabó ahí. No fue un duelo muy largo, pero sí suficiente para comprobar que Hamilton no está dispuesto a ceder ni un ápice de terreno a costa de lo que sea. Alonso deberá ganárselo, tal vez a costa de tomar más riesgos. También quedó patente que Ferrari no está aún a la altura de los McLaren, aunque va encontrando de nuevo el camino para ser competitiva. Massa y Raikkonen, con tácticas distintas, mantuvieron siempre un lugar secundario durante la carrera. Nunca pelearon por la victoria y dilucidaron una lucha feroz por el tercer puesto. Lo consiguió el brasileño. Pero, hoy por hoy, el gran duelo sigue estando en el seno del equipo McLaren Mercedes.

Fernando Alonso y Lewis Hamilton, en el podio de Indianápolis.
Fernando Alonso y Lewis Hamilton, en el podio de Indianápolis.REUTERS

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