El Betis salva el cuello gracias a dos goles de Edu

El Betis salvó los muebles a última hora y seguirá en Primera tras un final de vértigo. El cuadro andaluz mantiene su cuello tras una temporada desastrosa, con mil frentes abiertos, desde el carrusel de entrenadores -Javier Irureta, Luis Fernández y Francisco Chaparro- hasta el botellazo a Juande Ramos, pasando por las teorías conspirativas de su máximo accionista, Manuel Ruiz de Lopera. Con todo, el Betis, durante diez minutos, estuvo con el pellejo en Segunda.

Especulador como nunca, el grupo sevillano salió de las trincheras que había cavado en El Sardinero a falta de 20 minutos para el final. Hasta ese momento, se había escondido tan a gusto en la cueva, especulando con el resultado, sin asomar el hocico por los dominios de un Racing que se jugaba la honra y poco más. Quizás Pablo Alfaro, que se jubiló como futbolista entre los aplausos de la grada y los aplausos de la familia. Así, sosete, sin más chicha que el intríngulis del descenso, trascurría el partido. Lo más exquisito fueron la decena de balones largos montañeses que lloraron la ausencia de Zigic. ..

El reloj transcurría plácido hasta que, de repente, se revolvieron el Celta y la Real. Los condenados querían morir con las botas puestas. Vigo jaleaba la remontada sobre el Getafe y la escuadra donostiarra se dejaba la vida, aunque fuera por el empate, en Valencia. Al Betis, en la picota, no le quedó otra que reaccionar, una salvedad para un plantel mediano, pero con artistas como Xisco y Edu, degustadores del buen fútbol. Como Rivera, que dio un paso al frente y borró a Colsa, más curtidor que peletero. La maquinaria bética arrancó en un plisplás, a las bravas, con Dani comiéndole la oreja a Megia Dávila.

Daba igual. Eran meros fuegos artificiales. El resumen de una campaña en la que le faltó un pelo al Betis para hacerse el harakiri. Por algo no ganaba desde principios de marzo, en A Coruña. De tanto pasearse por el alambre, el Betis olía a Segunda. Lo hizo durante diez minutos de taquicardia. Hasta que Edu cruzó de cabeza uno de los cientos de centros que en el acto final volaron por el área del Racing. El brasileño conectó un testarazo imposible para Calatayud, que se ganó el sueldo con una manopla de escándalo a un trallazo, raso y pegado al palo, de Assunção. Fue el primer disparo a puerta, en el minuto 70, del Betis. Luego, llegó la puntilla, del mismo autor, tras una pillería de Xisco.