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Reportaje:

El día a día de la vida en Irak

Casa Árabe expone en la Fundación Diario Madrid el trabajo de fotoperiodistas iraquíes

Nasar al Radi, de 37 años, retrató durante años los intentos de los iraquíes por sobrevivir en un país devastado por la guerra, el terrorismo y la delincuencia. Una de sus instantáneas, por ejemplo, muestra una escena apacible en la que dos hombres celebran un bautismo en el río Tigris, en Bagdad.

La toma se incluye en la retrospectiva fotográfica Voces de Irak, organizada por Casa Árabe, que recorre cuatro años de atentados urbanos y fosas comunes, pero también de bodas, procesiones y niños jugando en la calle.

Son momentos en los que los iraquíes intentan ir tirando en medio de la violencia. Son pausas del horror cotidiano en las que parece que se puede soñar. Pero a menudo se quedan en eso, en instantes. El propio Nasar fue abatido a tiros por unos desconocidos hace poco más de una semana en Amara, al sur de Bagdad, mientras impartía un taller de fotografía. Deja una esposa y tres hijos.

"Más de 60 medios occidentales nos consultan", dice el redactor jefe Salman

Nasar era miembro de la plantilla de Aswat al-Iraq (www.aswataliraq.info), la primera agencia de noticias independiente de Irak, creada hace casi cuatro años gracias a la colaboración entre la Agencia Española de Colaboración Internacional (AECI) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Sus empleados son la gran esperanza para introducir un periodismo profesional en Irak, pero no lo tienen fácil. Han de andar con cuidado con los soldados aliados, las fuerzas de seguridad iraquíes y los terroristas, además de con los delincuentes comunes, que no le hacen ascos al secuestro de periodistas, según advierte el redactor jefe de fotografía, Salman Salman, quien asistió a la inauguración de la exposición madrileña.

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La mayor baza de Aswat al-Iraq es que sus periodistas pueden acceder a zonas vedadas a los occidentales. "Si quieres entrar en Sáder City, no puedes hacerlo solo. Tienes que ir en un convoy oficial y los iraquíes no van a hablar contigo", señala Salman. En cambio, añade, sus redactores son "invisibles", no llaman la atención entre la población y pueden adentrarse solos en las áreas de conflicto.

Sus fotógrafos se han colado durante los últimos años en el quehacer cotidiano de ciudades como Bagdad, Nayaf, Kerbala y Diwaniya. Han captado el lamento de la anciana que ha perdido a un pariente en un atentado, la procesión de los devotos chiíes en Kerbala, y también las estampas de dos niños jugando ante una mezquita y un soldado iraquí esforzándose por aprender a escribir.

Poco a poco, Aswat al-Iraq se va ganando el respeto de la prensa occidental. "Más de 60 medios nos consultan habitualmente y algunas websites parecen depender de nosotros como fuente fiable", subraya Salman con orgullo. "Al principio suministrábamos 10 noticias diarias y hoy damos 2.000 mensuales", detalla.

La redacción funciona como un microcosmos de la compleja sociedad iraquí. "Contamos con periodistas de las 18 provincias administrativas de Irak", señala Salman. "Yo soy suní y mi jefe es chií, y a su vez el suyo es chií no practicante", precisa. La sede oficial de la agencia está en Irak, aunque por razones de seguridad trabajan desde Arbil, al norte del país, y El Cairo.

Distribuidos por todo el territorio, el casi centenar de redactores y fotógrafos de Aswat al-Iraq cubren la recuperación de un país postrado. La sociedad intenta sobreponerse a la adversidad, ya sea siguiendo el fútbol por la televisión o, sencillamente, viendo a los chavales jugar en la calle. Son escenas que a menudo sólo están al alcance de cámaras iraquíes.

Voces de Irak. Fundación Diario Madrid. Calle de Larra, 14. Madrid. Hasta el 22 de junio. De lunes a sábado de 10.00 a 20.00 y domingos de 10.00 a 14.00. www.casaarabe-ieam.es

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