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El 'spam' y la relación entre sonido y espacio protagonistas del Sónar 2007

Dragulescu usa el correo basura para crear estructuras 3D - Muxfeldt presenta una audioescultura cinemática con el sonido envolvente de altavoces - Boeniger recicla la publicidad para decorar camisetas

Lo más democrático de Internet es el spam, ya que afecta a todos los internautas sin distinciones. Ante la imposibilidad de poner fin a la plaga digital del correo indeseado, varios artistas han decidido aprovecharla, convirtiéndola en material creativo. El spam es, junto a la relación entre sonido y espacio, uno de los grandes temas de la 14ª edición de Sónar, el festival de música avanzada y arte multimedia, que se celebra desde hoy y hasta el sábado en Barcelona.

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SONAR:

Spam, the Economy of Desire a cargo del editor de la revista Neural, Alessandro Ludovico, es una de las tres selecciones de Arte digital a la carta. Se trata de miniespacios individuales de inmersión que el público disfruta desde butacas ergonómicas. La selección se centra en trabajos que rentabilizan el fenómeno del spam, dejando a un lado las piezas históricas que, hace casi 10 años, iniciaron esta práctica. Por ejemplo, la serie de obras abstractas que Perry Hoberman realizó con los correos publicitarios de su buzón o Digital Landfill, el vertedero en Red creado por Mark Napier para que el visitante se deshaga de sus desperdicios (correos, datos obsoletos, viejos sitios), echándolos en un compost virtual, donde se convierten en abono creativo para los internautas.

Entre las propuestas de Ludovico destacan dos proyectos críticos e irónicos, que rentabilizan comercialmente el fenómeno. Spam Architecture de Alex Dragulescu es un programa que usa el correo basura para crear estructuras 3D, que el artista vende como esculturas e impresiones, y Spam Shirt de Markus Boeniger, donde la publicidad se recicla para decorar camisetas a 29 dólares.

Los nervios que generan la llegada del spam se convierten en relajantes melodías en Spamradio, que emite canciones cuyas letras son los textos del correo basura recibido por sus autores, Richard Airlie y Ian Morrison.

La relación entre sonido y espacio es el hilo conductor de Sonarama. Tras el abandono de Pedro Soler, actual director del centro de producción Hangar, Sonarama pierde su lado más experimental, como las presentaciones de programas artísticos, para centrarse en proyectos que prometen experiencias sensoriales.

Desaparecer del entorno

El aspecto expositivo corre a cargo de Jost Muxfeldt con Audio Kinematics, una audioescultura cinemática, basada en el sonido envolvente producido por seis altavoces y la proyección de imágenes abstractas, que se propone "visualizar el desarrollo del sonido en el espacio", según Óscar Abril Ascaso, responsable del área expositiva de Sonar, que ha asumido el comisariado de Sonarama.

Kurt Hentschläger repetirá tres veces al día durante los tres que dura el festival su concierto audiovisual Feed. En esta performance estrenada en la Bienal de Teatro de Venecia el público es sometido a una inmersión sensorial, generada por proyecciones 3D, luces estroboscópicas y una música de secuencias subgraves, que provoca una pérdida de referencias espaciales y una progresiva sensación de desaparición del entorno. Cierra y no sólo metafóricamente el programa el activista sonoro Tres, con uno de sus Blackout concerts (conciertos apagón), en el que desconectará progresivamente todos los aparatos y luces del centro Santa Mónica hasta llegar al silencio y oscuridad total.

Otros aspectos de la interacción entre espacio y sonido se analizan en Sonar 5.1, una selección de trabajos audiovisuales para el sistema de sonido multicanal 5.1, que se presenta en Cosmocaixa y el Macba. Entre las propuestas destaca Optofonica, un programa de cortometrajes que se expondrán en verano en Holanda.

También se centra en la espacialización del sonido la actuación de Haswell & Hecker (Sonar Complex), dos de los representantes más radicales de la escena experimental. Su concierto se basa en el sistema de composición UPIC, concebido en 1977 por el compositor y arquitecto griego Iannis Xenakis, que permite controlar parámetros musicales escribiendo o diseñando sobre una pantalla con un bolígrafo electromagnético.

SONAR: www.sonar.es

Fotomontaje de distintas instalaciones que están en Sónar.
Fotomontaje de distintas instalaciones que están en Sónar.

Abracadabra en Sonarmática

"Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia". La Tercera Ley, formulada por el escritor Arthur Clarke en 2001: Una odisea del espacio, es el punto de partida de Et voilá, la exposición de SonarMática sobre la magia.

Óscar Abril y José Luis de Vicente -comisario de Art Futura y OFFF entre otras citas del arte digital- dejan de lado el ocultismo y la tradición esotérica para centrarse en el ilusionismo, la prestidigitación y los trucos, que tienen adeptos en la era digital.

"Una muestra fácil y consumible sin arquitecturas conceptuales", según Abril, que introduce espectáculos que combinan disciplinas antiguas y contemporáneas. Como los del mentalista mexicano Mnemónico, del Mago Julián y el artista Zachary Lieberman, que se produjo semanas antes de su estreno en un taller de magia y tecnología del MediaLab (Madrid). De este taller, organizado para producir obras para el Sónar, sale también AR_Magic System, un espacio interactivo, creado por Clara Boj y Diego Díaz, donde dos personas pueden intercambiar sus cabezas, partirse en dos, hacer desaparecer partes de sus cuerpos y otros trucos clásicos, reinterpretados con la ayuda de las tecnologías de realidad aumentada.

Las sombras protagonizan la histórica instalación Portray the silhouette de Masaki Fujihata y las más recientes Tool's Life del japonés Mínima++ y Shadow Monster de Philip Worthington, donde al público materializa monstruos, que reaccionan a sus movimientos, convirtiéndolos en sonido y animación. Los japoneses, protagonistas de SonarMática, son los autores de Kobito: Virtual Brownies, universo de criaturas humanoides que interaccionan con el mundo real a través de objetos cotidianos, que sirven de interfaces táctiles.

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