La asociación de Manjón alude a la foto de las Azores como detonante de los atentados
La acusación dice que el 11-M fue obra de una organización terrorista vinculada a Al Qaeda
"El descomunal crimen del 11 de marzo no fue un accidente, ni la obra de un enfermo, fue el resultado de una planificación minuciosa, enmarcada dentro de una estrategia de guerra terrorista". Así lo destacó ayer el letrado Antonio Segura, en representación de la asociación que preside Pilar Manjón. Segura vinculó los atentados -"el ataque más grande producido contra población civil en Europa desde la II Guerra Mundial"- a "la foto de las Azores", porque España pasó de la neutralidad y una ambigua ayuda humanitaria en Afganistán a estar en la "primera línea de ocupación de un país árabe".
El representante de la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo, la mayoritaria de víctimas, destacó que en la cumbre de las Azores, celebrada el 16 de marzo de 2003, en la que participaron Bush, Blair y Aznar, se dio un ultimátum a Sadam Hussein con la excusa de "la ya histórica mentira de las armas de destrucción masiva y el falso apoyo de Al Qaeda al Gobierno iraquí". A su juicio, España pasó "de ser un país pacífico, neutral e independiente en política exterior, a invadir países soberanos bajo la mentira y la dirección de terceros".
El cambio, según Segura, "no se vio contrarrestado con políticas activas de protección civil, para paliar posibles respuestas en forma de ataques", lo que supuso además de una "grave hipocresía de negar lo evidente, una grave irresponsabilidad para con la propia población". La irresponsabilidad fue más evidente, explicó, porque hubo informes previos que alertaron de los peligros objetivos que la decisión del Gobierno provocaba.
"Existieron amenazas, se conocían las amenazas y sus autores, estas amenazas se fueron concretando en atentados a españoles e intereses españoles, y no se tomaron medidas hasta que explotaron los trenes", concluyó.
En el inicio de su intervención, el letrado agradeció a las Fuerzas de Seguridad su labor porque impidió que los terroristas realizaran nuevos atentados y a la justicia por haber llevado a juicio a los presuntos responsables en menos de tres años.
Segura señaló que este no es un juicio contra la religión, ni siquiera contra el islamismo, sino contra las personas que cometieron los atentados del 11-M.
Ideología 'yihadista'
La Asociación de Pilar Manjón coincidió con los fiscales en que los atentados fueron perpetrados por una organización terrorista con su propia autonomía funcional y financiera, fuertemente vinculada a la ideología yihadista de Al Qaeda, porque esta organización no necesita de una estructura piramidal típica de otras organizaciones terroristas "clásicas".
Segura rescató un documento hallado en el ordenador del jefe operativo de la célula, Jamal Ahmidan, El Chino, en su casa de la calle Villalobos, de Madrid. "De su lectura y análisis en relación con el resto de las pruebas (intercambio de llamadas, restos genéticos, huellas, reconocimientos, relato de testigos, análisis de documentos y periciales) se extrae el papel que juegan dentro del entramado terrorista Mohamed el Egipcio, Youssef Belhadj y Hassan el Haski, los tres jeques o jefes, de prestigio reconocido en el mundo islamista radical, y que en el mencionado escrito formarían parte de lo que en él se describe como alta comandancia de la célula", precisó.
Señaló también que Fouad el Morabit, Jamal Ahmidan y Serhane el Tunecino, serían la comandancia de lucha o grupo de liderazgo tal como lo enuncia el texto, además de ser los responsables cada uno de ellos del grupo de información, grupo de provisión y grupo ejecutor respectivamente. Este grupo de liderazgo recibía las instrucciones de la alta comandancia, frecuentemente por caja muerta o por comunicación indirecta.
La alta comandancia debía estar en un sitio totalmente seguro, por esa razón el 3 de marzo de 2004 Youssef Belhadj, Hassan el Haski y El Egipcio abandonaron España, uno a Bélgica, otro a Francia y el tercero a Italia.
Tras analizar el papel de los otros miembros del grupo, Segura se refirió a la pericial de los explosivos y destacó que "todos los peritos se han puesto de acuerdo en que lo que explotó en los trenes fue dinamita, siendo incapaces de atribuir un nombre comercial a dicho explosivo. Y lo cierto es que la dinamita robada en Mina Conchita podría contener todos los elementos discutidos: dnt, nitroglicerina, dfalato de dibutilo y nitroglicol. Y de igual manera, los detonadores provenían de allí".
El abogado finalizó recordando que "las personas que iban en los trenes eran trabajadores, eran personas pacíficas, que en su mayoría, como el pueblo español, se habían posicionado en contra de la guerra de Irak; eran personas que su único deseo era vivir en paz con todo el resto de seres humanos que había a su alrededor de su misma religión o de otra religión. Por eso quiero que las personas que cometieron estos atentados sepan y no olviden que este crimen fue más horroroso por haber sido dirigido contra las personas contra las que fue dirigido: personas trabajadoras, pacíficas e indefensas".
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