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Bush recupera el reloj que perdió en Albania

Un guardaespaldas lo encontró en el suelo y se lo dio a la esposa del presidente

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, vivió el domingo pasado un extraño suceso, captado al detalle por las cámaras de televisión. En las imágenes de su visita a Fushe Kruje, la última parada de su viaje a Albania, se percibía cómo el presidente comenzaba a estrechar manos y repartir besos entre la multitud, con su reloj puesto, y terminaba de hacerlo, sin él. ¿Habían robado al mismísimo presidente de Estados Unidos su valioso complemento? Pues parece ser que no. Las autoridades albanesas informaron ayer de que un guardaespaldas lo encontró y se lo devolvió a Laura, su mujer.

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Bush no perdió su reloj

"Bush no perdió su reloj. Uno de sus guardaespaldas lo encontró y se lo entregó a su mujer", se ha apresurado a explicar Klodian Branko, portavoz de la Dirección General de la Policía albanesa. "Bush se fue de Albania con su reloj puesto", ha recalcado el funcionario albanés por si alguien tenía alguna duda de lo sucedido.

El representante de la policía ha explicado que existe una prueba de ello: las imágenes televisadas de la partida de Bush, en las que el presidente estadounidense aparece saludando con la mano izquierda y el reloj puesto, antes de entrar en su avión Air Force One.

Independientemente del asunto del cronógrafo, la visita del presidente estadounidense a Albania causó un gran revuelo entre la población. Los lugareños le recibieron calurosamente al grito de "Bushy, Bushy". Y el presidente encantado con la gente estrechó más manos que nunca y puso en aprietos a los servicios de seguridad. En medio del entusiasmo general fue cuando el reloj desapareció.

El dueño del bar Cela no olvida la visita del presidente de Estados Unidos y, por ejemplo, no deja que nadie toque las sillas donde el domingo pasado se sentaron el presidente Bush y su esposa Laura. También quiere esculpir sus nombres en los asientos, que luego expondrá en un rincón del establecimiento de Fushe Kruje como si fueran reliquias de un museo.

Arriba, Bush con el reloj en la muñeca; en el centro, el instante de los apretones de manos; y abajo, el presidente sin el reloj.
Arriba, Bush con el reloj en la muñeca; en el centro, el instante de los apretones de manos; y abajo, el presidente sin el reloj.AP

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