Las divisiones amenazan la reforma del voto emigrante
La segunda reunión de la ponencia parlamentaria que debe impulsar la reforma legislativa del voto emigrante puso ayer sobre la mesa el abismo que separa las posiciones defendidas por el BNG, de un lado, y por PSdeG y PP de otro. Si las tres fuerzas no se ponen de acuerdo será imposible trasladar al Congreso una posición común a todos los partidos gallegos que tenga la más mínima posibilidad de dar lugar a una reforma de la ley electoral.
La división afecta, en estos momentos, a tres aspectos fundamentales. En primer lugar, PP y PSdeG se niegan a fijar plazos que condicionen el trabajo de la ponencia. Sin ese requisito, será imposible concluir la negociación de un texto común que pueda ser tramitado en el Congreso con tiempo suficiente para que sea de aplicación a las elecciones generales de 2008, precisamente el objetivo central del BNG. De hecho, el portavoz nacionalista en el Parlamento, Carlos Aymerich, ha señalado en varias ocasiones que la reforma sólo tiene sentido si sirve para corregir el procedimiento de voto de la emigración en la próxima convocatoria electoral, que deberá tener lugar antes de próximo mes de abril.
En segundo lugar, el Bloque tampoco está de acuerdo en que la propuesta de reforma se limite al procedimiento de votación para conseguir que los emigrantes puedan votar en urna y para que el voto por correo se pueda realizar con garantías.
Los nacionalistas proponen, de momento sin éxito, que la ponencia entre a discutir también quién tiene derecho a voto, en qué condiciones y en qué convocatorias electorales.
Su objetivo es abrir el debate acerca de la conveniencia de que perviva el modelo según el cual la nacionalidad da derecho a votar con independencia de los vínculos reales con la circunscripción electoral en la que se puede ejercer el sufragio.
Los partidos mayoritarios también quieren que la ponencia escuche la opinión de técnicos en materia electoral, una pretensión que el BNG teme sea utilizada para retrasar la redacción del proyecto de reforma legislativa.
La coincidencia de criterio entre el Partido Popular y el PSdeG dejó aislados a los nacionalistas, que acabaron presentando votos particulares al plan de trabajo de la ponencia. Populares y socialistas consideran que, de ese modo, el Bloque muestra que en realidad no tiene interés en llegar a un acuerdo para la reforma del voto emigrante y sí en evitar que los residentes ausentes puedan votar en las elecciones.
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