Tresserras pide que Cultura entre en la política social del Gobierno
Médicos, mossos, maestros... y monumentos. Ser la cuarta gran eme, conseguir "colocar la cultura en el núcleo duro del pacto de Gobierno, como parte de las políticas sociales" es el objetivo filosófico y presupuestario que se ha fijado el consejero de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras, para el periodo 2008-2010. "Este año completamos un ciclo y a partir de ahora hemos de dar un salto de escala en los presupuestos que nos permita dimensionar como se merecen los grandes objetivos del departamento, con planes de actuación a tres y cinco años y no que solventen sólo el día a día", aseguró ayer Tresserras. El consejero hizo esta afirmación tras la sesión de la Comisión de Política Cultural del Parlament, donde presentó el presupuesto de Cultura para este año, que será de 300.515.480 euros, el 12% más que en 2006.
En realidad, la partida global del departamento asciende a 607.478.232 euros, puesto que 306.962.752 se han asignado a la secretaría general de Medios de Comunicación (que otorga las subvenciones a la prensa y a la Corporación Catalana de Radio y Televisión) ahora adscrita a Cultura, con un aumento del 7%. Un aumento del 24,5% de la partida destinada al Instituto Catalán de Industrias Culturales (ICIC), que será de 64,4 millones de euros; otro del 25% para grandes equipamientos (Palau de la Música, Liceo, Macba, etcétera), y un tercero del 28% en el ámbito musical son algunos aspectos destacados de los presupuestos.
Dimensión territorial
En esos presupuestos también se prevé un crecimiento del 53,9% en las aportaciones a entidades locales (35,4 millones de euros) como muestra de la voluntad de dar dimensión territorial a la labor del departamento, aspecto que Tresserras profundizará con la creación de "un documento de bases" con Diputaciones, consejos comarcales y ayuntamientos para coordinar políticas culturales y fijar "la complementariedad de todas las acciones de las administraciones".
Tresserras no tuvo muchas dificultades en despachar el presupuesto a pesar de las enmiendas a la totalidad presentadas por Convergència i Unió y el Partido Popular. El diputado de CiU, Josep Pont, recriminó que se hubiera desgajado el Instituto Ramon Llull de Cultura y cuestionó la futura existencia del Consell de les Arts, aspectos que enmarcó en el "vaciado de contenido cultural por cuestiones de reparto del poder y cargos o por intereses de partido". Rafael López (PP) recriminó que el presupuesto represente sólo el 0,94% del global de la Generalitat, "muy lejos del 2% que se fijó el tripartito en el pacto del Tinell de 2003".
El consejero contrarrestó el dato del representante del PP cifrándolo en el 1,13% y aprovechó de nuevo para desarrollar su tesis. "La cultura es un sector con mucho valor añadido que será vital en la economía catalana por su transversalidad al implicarse en áreas como turismo y promoción industrial", afirmó, para remachar: "además, debe ser un puntal de la política social".
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