Complejidad creciente
Los inversores se encuentran confundidos ante el cambio de expectativas en las políticas monetarias de Europa y Estados Unidos. El BCE parece haber optado por apretar el acelerador en lugar de adoptar ajustes lentos, mientras que la FED se inclina por el estancamiento del precio del dinero en vez de los recortes esperados.
Con este planteamiento, medir las variaciones que las consecuencias de ambas políticas pueden traer a medio plazo sobre las expectativas económicas es una especie de juego de azar que explica a las mil maravillas los altibajos que registraron ayer los mercados de valores.
El Ibex 35, que en algunos momentos incluso recuperó el nivel de los 15.000 puntos, terminó la sesión con un descenso del 1,36% y en 14.725,90 puntos, casi 50 puntos por encima de los mínimos del día. Los valores medianos cayeron el 1,63% y los pequeños el 0,86%.
En los mercados europeos se esperaba que las constantes oscilaciones registradas a lo largo de toda la mañana encontraran un freno en los indicadores económicos de Estados Unidos, pero allí se ha entrado en una dinámica confusa en la que se interpreta que lo que es bueno para la economía no es bueno para el mercado, ya que va en contra del descenso de los tipos de interés. El descenso de los inventarios mayoristas y el incremento de las ventas al por mayor en abril confirmaron que las cosas no van tan mal como para que sea necesario un descenso del precio del dinero, al tiempo que el dato de las peticiones semanales de subsidio de desempleo iba por el mismo camino, al ser menores que la semana anterior. La apertura a la baja de la Bolsa de Nueva York hundió al conjunto de los mercados europeos hasta el punto de que la Bolsa española fue la que menos perdió entre los grandes mercados de la eurozona. La Bolsa de París cedió el 1,46% y la de Francfort el 1,44%.
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