Roberto Carlos se va a Turquía con Zico

Una reunión de 20 minutos, apenas una breve conversación, sirvió para desentrañar el futuro inmediato de uno de los mejores laterales de la historia. El Fenerbahçe turco anunció ayer en su página web la contratación de Roberto Carlos, de 34 años, que dejará el Madrid al final de temporada, como nuevo jugador del equipo de Estambul. El fichaje, con el que se venía especulando desde hace más de un año, quedó finalmente cerrado el pasado martes con una visita a Turquía de Dino Pasalic, representante del jugador. "Las negociaciones duraron menos de 20 minutos. Acordamos en una cena los principios del acuerdo y se concretó el fichaje", explicó Murat Ozaydinli, vicepresidente del Fenerbahçe.

"Por su personalidad se hará con los hinchas turcos", dice Del Bosque, ex técnico del Besiktas

El brasileño completa en el campeón turco una plantilla llena de futbolistas extranjeros

La noticia no sorprendió en Valdebebas, la ciudad deportiva del Real Madrid. Durante toda la temporada han sido frecuentes las conversaciones entre el Fenerbahçe y el brasileño, que después de 11 temporadas ya había anunciado su decisión de abandonar el club blanco finalizado este curso. Roberto Carlos sabía que su destino sería Estambul. No en vano el jugador ya ha adquirido una casa en la ciudad bizantina, primer paso para su adaptación.

Una aclimatación que, según Vicente del Bosque, su ex técnico en el Madrid y entrenador del Besiktas la temporada 2004-05, no va a suponerle ninguna complicación. "Roberto se va a encontrar con una ciudad increíble y con un fútbol que, año a año, está en una constante mejoría", dice el ex entrenador madridista que, sin embargo, apunta algunas diferencias entre el fútbol turco y el de las grandes Ligas europeas. "Todavía es un poco inferior tácticamente. Les falta un poquito de cabeza, pero lo compensan con un gran corazón y una gran pasión. Seguro que Roberto se adaptará perfectamente y, por su personalidad, se hará pronto con los seguidores".

La aventura turca de Roberto Carlos, que ha firmado por las próximas tres temporadas, cuenta, además, con la ventaja de que se va a desarrollar en un ambiente relativamente familiar. Zico, la leyenda brasileña de los años 80, ha devuelto la ilusión a un equipo que el año pasado perdió la Liga en la última jornada. Su llegada al banquillo ha hecho que el Fenerbahçe haya recuperado la hegemonía en el país. El club, que este año celebra su centenario, ha logrado su decimoséptimo campeonato de Liga. Con este logro puede presumir de ser el equipo que más títulos posee, por delante del Galatasaray y del Besiktas, sus vecinos al otro lado del Bósforo.

La labor de Zico ha sido saber mantener el bloque consolidado de los últimos años y, además, acertar con la contratación de una serie de jugadores autóctonos que le han dado buen rendimiento. Pero la base de este equipo, su columna vertebral, sigue estando formada por futbolistas extranjeros, curtidos en Ligas con mayor peso que la turca, especialmente jugadores procedentes del fútbol brasileño.

Es el caso de Marco Aurelio, mediocentro carioca, tan integrado en Turquía que el año pasado adquirió la nacionalidad y cambió su nombre de pila por el de Mehmet. O el del uruguayo Diego Lugano, que llegó esta temporada procedente del São Paulo, con el que se proclamó campeón de la Copa Libertadores en 2005 y del campeonato brasileño en 2006. Pero, sobre todo, Roberto Carlos se encontrará en Estambul con un viejo conocido de la selección brasileña: Alex, un medio zurdo que, desde 2004, se ha convertido en el abanderado del juego ofensivo del Fenerbahçe. Este año ha sido el máximo goleador del campeonato, con 19 tantos. Destacan también otros nombres, como el del serbio Mateja Kezman, ex del Atlético, o el de Stephen Appiah, ex del Juventus y estrella de Ghana en el pasado Mundial.

Con esta nómina, Roberto Carlos deberá ayudar a Zico a solventar el escollo que todavía tiene pendiente el Fenerbahçe: Europa. A diferencia del Galatasaray, equipo más avezado en las competiciones continentales, el equipo de la zona asiática de Estambul nunca ha sido capaz de superar la primera fase de la Liga de Campeones.