El presidente popular de Jaén elude la autocrítica tras la derrota electoral

El PP ha dicho adiós a su principal bastión, Jaén, y ciudades tan significativas como La Carolina, Úbeda y Baeza. Sólo tienen garantizada la gobernabilidad de una decena de pequeños de los 97 municipios de la provincia. Andújar, la conservarán, si reeditan el pacto con el grupo independiente. Pese a esta dificil situación, el presidente provincial del PP, José Enrique Fernández de Moya, ha eludido cualquier autocrítica.

Las claves de este retroceso electoral son las siguientes:

- División en la capital. La mayoría de los miembros del PP consultados por este periódico atribuyen la pérdida de la mayoría absoluta a la crisis interna de los populares a lo largo de toda la legislatura, personalizada en el enfrentamiento entre el alcalde, Miguel Sánchez de Alcázar, y Fernández de Moya. Éste, por el contrario, la negó. "La única división que conozco es la del PSOE, que ha tenido cuatro portavoces en la legislatura", dijo, echando balones fuera. Fernández de Moya pugnó incluso hasta el último momento para ser el candidato a la alcaldía, y son muchos los que critican su escasa implicación en la campaña de la capital.

- Estrategia de campaña. En el PP también se escuchan voces críticas al diseño de la campaña en la capital. No sólo se piensa que PSOE e IU han tenido más presencia en los barrios, sino que cuestionan el reparto desigual de los proyectos culminados. Un ejemplo, el gran parque del bulevar no sólo no ha servido para aumentar los votos en la zona norte sino que ha podido crear agravios en otras barriadas. Además, hay quienes desaprueban el mensaje del alcalde y candidato popular, que en los últimos días de campaña alertó una y otra vez contra el radicalismo de IU. Ese mensaje ha podido movilizar al electorado más joven de izquierdas. Si a todo eso se une una gestión presidida por el caos permanente en el tráfico, la suciedad de la ciudad (según un informe de la Unión de Consumidores, Jaén es la ciudad más sucia de España), o el embargazo que afectó a miles de contribuyentes, muchos de los cuales ya habían pagado los tributos reclamados, se conforma el caldo de cultivo para explicar los resultados.

- La provincia. En el conjunto de la provincia, el PP ha perdido 2.411 votos con relación a las elecciones de 2003 y 3.361 respecto a las de 1999. Aún así, el presidente provincial minimiza ese descenso, destaca el aumento de dos escaños en la Diputación -beneficiado por la pérdida de un diputado en la comarca de Villacarrillo- y habla incluso del "avance y la solidez del PP en el mundo rural", pese a que sólo han logrado 10 alcaldías con mayoría absoluta -los populares hablan de 12 al incluir las pedanías de Garcíez y El Mármol-, la mayoría pequeños municipios. La obsesión del PP por el medio rural se hace más patente en una provincia donde la hegemonía del PSOE es incuestionable, ya que han sido la primera fuerza política en 77 de los 97 municipios.

- El futuro. En el PP nadie quiere asumir, por ahora, responsabilidades. Fernández de Moya, se molestó incluso cuando se le preguntó si se sentía respaldado por los resultados electorales: "Yo no me he presentado en ninguna candidatura", dijo, trasladando toda la responsabilidad a los alcaldables de su partido. Fernández de Moya ha descartado la convocatoria de un congreso extraordinario por los malos resultados de su partido, así como su dimisión. "No me planteo tirar la toalla, ésta es la democracia", subraya.