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Mueren ahogados dos marineros en Ribadeo y otro sigue desaparecido

Un pesquero de bajura encalló en las rocas por un golpe de mar

El armador de un barco de bajura y un marinero perdieron la vida al encallar la embarcación en la que faenaban en las inmediaciones del faro de la isla de Pancha, en las proximidades del municipio lucense de Ribadeo. Otro tripulante, hijo del propietario de la embarcación, está desaparecido desde las 7.15 de ayer, cuando se produjo el siniestro del pesquero entre las rocas de Punta Penas.

Una embarcación que faenaba en aguas del Cantábrico, muy próxima al lugar del suceso, fue la que avisó a la Guardia Civil del encallamiento del pesquero Nuevo Amadorín, un barco de artes menores que tiene su base en Burela y que navegaba con tres tripulantes a bordo.

Tras el despliegue efectuado por la Guardia Civil en las inmediaciones del lugar donde se produjo el siniestro se avistaron dos cadáveres flotando en el mar que fueron rescatados por el helicóptero de Salvamento Marítimo Pesca Mar-2. Se trataba del armador-patrón, Máximo Blanco Galdo, de 44 años, y el marinero colombiano Félix Armando Peña Rei, de 54 años. Ambos residían en Burela, lo mismo que el marinero desaparecido, Óscar Blanco, de 19 años, cuyo cuerpo fue imposible de localizar pese a las intensas tareas que se prolongaron hasta última hora de la tarde.

La autopsia reveló que los cuerpos presentaban gran número de golpes
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El mar de fondo, con olas de hasta tres metros, es una de las posibles causas del accidente que llevó a la embarcación a encallar entre las rocas en una zona muy próxima al acantilado cuando trataba de recuperar el aparejo marcado con una boya. Ésta es una de las posibilidades que barajó el delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras, una de las personas que se desplazó hasta el lugar, y que luego fue refrendada por Jesús García, otro marinero de poco más de 20 años que suele formar parte de la tripulación, pero que ayer tuvo la fortuna de estar de baja.

García fue quien, visiblemente afectado, comentó a la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, tras presentarse en Ribadeo a primera hora de la tarde, que la única explicación para justificar el naufragio pasa por "un golpe de mar". De hecho, una de las personas que vio los cuerpos rescatados, que fueron trasladados al hospital Xeral de Lugo para practicarles la autopsia, confirmó que presentaban "gran cantidad de golpes".

La ministra Espinosa hizo hincapié en que el Nuevo Amadorín era un barco que solía faenar en la zona del suceso. "Era conocedor, por su puesto, de las circunstancias en las que estaba operando", precisó la máxima responsable de pesca, quien también dio testimonio de la condolencia del Gobierno a las familias de las víctimas y, añadió, "a todos los marineros".

También este aspecto fue ratificado por el marinero que no había embarcado, quien recalcó que era un lugar habitual para trabajar la bajura. Reconoció que presentaba "un cierto riesgo", pero nunca había pasado nada en los varios años que llevaba faenando junto A Pacha.

En el lugar se vivieron escenas de mucha tensión, especialmente cuando llegaron varios compañeros del marinero desaparecido con el que habían compartido estudios hasta hace poco en la escuela náutico-pesquera de Ferrol. Al margen de la pérdida, evocaron su capacidad de gran nadador, aunque también admitieron que con la situación que presentaba el mar era imposible recurrir a esta habilidad.

El delegado del Gobierno no descarta que el cuerpo del desaparecido se pudiera encontrar dentro de la embarcación o incluso atrapado en el propio aparejo. Mientras tanto prosiguen las labores de rescate en las que participan dos helicópteros, un avión, dos embarcaciones y una lancha. Además, dos equipos de buceadores, de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil, también permanecen en el lugar para actuar cuando las condiciones del mar resulten más favorables.

51 muertos en cinco años

Los marineros muertos o desaparecidos ayer elevan a 51 el número de pescadores fallecidos en 17 sucesos en barcos españoles en los últimos cinco años. En ese periodo, el naufragio con más víctimas tuvo lugar también en Galicia, cuando en 2004 O Bahía se hundió cuando faenaba frente a las islas Sisargas, en A Coruña, con 10 tripulantes a bordo.

En 2005, el Siempre Casina naufragó a 21 millas de Ribadeo con nueve marineros a bordo, de los que uno sobrevivió. El tercer suceso de este tipo en importancia ocurrió también en 2004: tres pescadores perdieron la vida y dos desaparecieron al naufragar en Vizcaya el pesquero Nuevo Pilín de Santoña (Cantabria).

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