El PP gobernará con mayoría absoluta en la Marbella pos GIL
Ángeles Muñoz consigue 15 concejales, Plata 10, e IU consigue entrar en el Ayuntamiento
El PP, con Ángeles Muñoz al frente, obtuvo ayer una holgada mayoría absoluta en Marbella y será la encargada de gestionar los retos del posgilismo, con un Ayuntamiento en una situación financiera comatosa y con el urbanismo en el punto de mira. Muñoz, con un 89% de los sufragios, obtenía 15 de los 27 concejales, 11 ediles más que en la convocatoria de 2003. En el segundo puesto, se situó Paulino Plata, con 34,60% de los votos y 10 ediles (cinco más).
El resto del arco local se completa con los dos concejales obtenidos por IU, formación nueva en el salón de plenos. La pléyade de once partidos independientes encabezada por Causa Ciudadana, de Arturo Moya, no ha logrado entrar en el Ayuntamiento marbellí.
Muñoz se ha llevado la parte del león de los sufragios del antiguo Grupo Independiente Liberal (GIL), lo que le ha permitido obtener una cómoda mayoría. La futura alcaldesa ha recogido los frutos de una larguísima campaña basada en el hecho de que el PP ha sido el único partido cuyos representantes no están imputados en el caso Malaya, la operación policial contra la corrupción que desembocó en la disolución del consistorio en abril de 2006 y su sustitución por una Comisión Gestora.
Durante meses, Muñoz ha recorrido las barriadas, se ha reunido con diferentes colectivos y asociaciones y ha regalado los oídos de los electores de todas las extracciones sociales con variopintas promesas cuya financiación parece complicada dado el mal estado de las cuentas locales. El saqueo y el aparato clientelar promovido por el cerebro de la trama corrupta marbellí, Juan Antonio Roca y por el gilismo, ha dejado al Ayuntamiento con una plantilla sobredimensionada y con un patrimonio esquilmado.
El ex consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, ha conseguido 10 ediles, cinco más de los que logró la ex teniente de alcalde socialista imputada en la operación Malaya, Isabel García Marcos. La estrategia de vincular el desarrollo de Marbella a que la ciudad tuviera un alcalde socialista que lograría una mejor colaboración de la Junta de Andalucía y del Gobierno central le ha dado a Plata unos resultados mejores que los que le otorgaban todas las encuestas.
El PP celebró la victoria electoral en las instalaciones del antiguo mercado municipal. Alrededor de 200 personas vivían un ambiente de euforia contenida ante los primeros sondeos, que otorgaban 16 concejales al Partido Popular. Los populares habían montado una fiesta cuajada de carteles de Ángeles Muñoz y con un catering que incluía barra libre y kebabs. Sin embargo, los primeros votos escrutados hicieron que las primeras horas de la noche se vivieran con incertidumbre. Las primeras papeletas daban al PP una mayoría absoluta muy ajustada, con 14 concejales, frente a los 11 del PSOE y los dos de IU. A medida que avanzaba el recuento y se confirmaban los buenos resultados, los populares daban rienda suelta a su alegría.
La jornada electoral de ayer transcurrió con normalidad, aunque el fortísimo despliegue del Partido Popular -más de 1.000 apoderados e interventores- generó recelos en el PSOE y en el resto de las formaciones que concurrieron a los comicios.
Apoderados del PP
Desde la apertura de las 129 mesas, a las 9.00, una marea naranja de más de 1.200 apoderados e interventores del PP inundó los colegios electorales de Marbella.
En el céntrico IES Guadalpín, donde votó a mediodía el candidato socialista, Paulino Plata, 77 apoderados del PP controlaban el desarrollo de las votaciones. El apabullante despliegue, unido al trasiego de cámaras y periodistas, hizo difícil el paso de votantes.
El PSOE, que contó ayer con 200 interventores y 40 apoderados, tardó sólo 45 minutos en interponer una reclamación ante la Junta Electoral de Zona de Marbella. Los socialistas denunciaron "la formación de grupos de apoderados que impiden el acceso a los colegios electorales (...) y que podrían coaccionar el libre ejercicio del derecho de voto".
La Junta ordenó verbalmente que no se permitieran las concentraciones de apoderados a las puertas de los colegios. Estaba previsto que para la tarde la Junta Electoral marbellí emitiera una respuesta por escrito, pero al cierre de esta edición, tal comunicación no se había efectuado.
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