Feijóo ya tiene escritas las primeras palabras que pronunciará esta noche

Las primeras líneas del discurso que el presidente del PP gallego pronunciará esta noche en la sede regional ya están escritas. Alberto Núñez Feijóo venderá ante las cámaras que su partido ha ganado las elecciones municipales porque las urnas han deparado una mayoría de alcaldes y concejales populares en Galicia.

Habrá que fijarse pues en la mueca que acompañe su diagnóstico para determinar el grado de sinceridad de Feijóo en su comparecencia ante la prensa. En la expresión de Feijóo y sobre todo en las caras de Corina Porro en Vigo y de Enrique Nóvoa en Ourense. El resultado en las ciudades del sur determinará si el PP perpetúa el retroceso iniciado hace ocho años en los grandes ayuntamientos o si, por el contrario, el proyecto de Feijóo echa raíces en nuevos feudos alejados del rural.

El 20% de indecisos en Vigo y Ourense decantarán la lectura popular sobre los comicios. A ellos se ha encomendado el presidente del PP durante la última semana de mítines pidiendo su voto "para la nueva era de un PP renovado y con principios".

Consciente del castigo que el voto urbano ha impartido al PP durante las últimas legislaturas, Feijóo ha llegado a pedir disculpas y ha hecho propósito de enmienda para convencer al electorado más crítico de que otro PP gallego es posible. "Me arrepiento de la ostentación que hicimos del poder", dijo el miércoles. Y el mea culpa lo llevó en el cierre de campaña a Vigo, Ourense y Pontevedra.

La fontanería del partido también leerá las minúsculas de estos comicios en Pontevedra y Ferrol, donde el PP aspira a consolidarse como la fuerza más votada. En el resto de las grandes plazas -Lugo, A Coruña y Santiago- el objetivo es impedir las mayorías socialistas de Orozco, Losada y Sánchez Bugallo.

Pero la caravana del PP no ha hecho en dos semanas más de 10.000 quilómetros pensando sólo en las ciudades. Los rotuladores de los analistas han señalado en rojo una cifra: los cerca de 700.000 votos cosechados hace cuatro años y las 212 alcaldías que el PP tiene en la actualidad. Y por supuesto, las diputaciones de Pontevedra, Lugo y Ourense, donde el PP pretende seguir mandando, hasta el punto de que por primera vez ha presentado un programa de gobierno para ellas. Conservar las de Pontevedra y Lugo aliviaría el gesto de Feijóo esta noche y, según alguno de sus asesores, supondría el primer toque de atención al bipartito.