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Las exportaciones dan oxígeno a la industria española

Las ventas a la UE y la mayor productividad refuerzan al sector ante la deslocalización

Alejandro Bolaños

No ocurría desde mediados de 2000. La industria fue la actividad más pujante entre enero y marzo, por delante de la construcción, el sector sobre el que se ha sustentado el crecimiento de la economía española estos años. Y algunas cifras, como las ventas de vehículos o la inversión en bienes de equipo, indican que el empuje industrial no es flor de un día. El tirón de las importaciones desde países de la UE y las mejoras de productividad explican este vigor en un sector muy expuesto a la deslocalización de empresas.

La competencia de las economías emergentes (China, India, Europa del Este) en las actividades industriales está detrás de los cierres empresariales por los que ha sido conocida la industria española en los últimos años: entre las víctimas más frecuentes de la globalización, están los fabricantes de textil, calzado y piezas de automóvil. Y la planta gaditana de Delphi sería el último botón de muestra de esa sempiterna crisis industrial.

Pero la realidad de la mayoría de las empresas industriales va por otros derroteros. Tras un prolongado ajuste laboral, que mantiene el empleo anclado en los 3,3 millones de puestos de trabajo, la producción industrial no deja de crecer desde el arranque de 2006, tras cuatro años de estancamiento. "Ha habido una ganancia muy significativa, impulsada por nuestra balanza comercial que es básicamente industrial", opina el director del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo.

Los datos certifican que la reactivación industrial corre en paralelo a la recuperación de las exportaciones. En el primer trimestre, las exportaciones de mercancías crecieron un 7% respecto al mismo periodo de 2006. La UE absorbe casi el 75% de las ventas españolas y los principales clientes, Francia y Alemania, encabezan el incremento de compras. Los bienes de equipo, el sector del automóvil y los productos químicos suman más de la mitad de las ventas al exterior. Y el protagonismo de la industria en el comercio español se amplía si se incluyen los productos agroalimentarios.

"La inversión en bienes de equipo, con tasas de crecimiento que no se alcanzaban desde 1999, indican que las empresas industriales llevan dos años capitalizándose, y eso se refleja en la productividad", añade Juan José de Lucio, director del servicio de estudios de las cámaras de comercio.

Las encuestas y las estadísticas también dicen que el gasto de las empresas españolas en procesos innovadores es más bajo que en otros países occidentales. "Pero las diferencias se observan sobre todo en los servicios, la productividad de la industria española es alta", rebate Iranzo.

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