La oratoria de los 'alcaldables', bajo lupa

"Imma Mayol ha sido la mejor comunicadora de la campaña electoral y Jordi Hereu, el peor". Es lo que opina la lingüista Margarida Bassols, de 52 años, profesora de Filología catalana en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Bassols acaba de publicar un estudio sobre la manera como los políticos catalanes transmiten su mensaje: El llenguatge dels polítics, Anàlisi del cas català. Este libro es el resultado de 14 años de trabajo.

"Mayol se ha dirigido de manera directa al elector, transmitiéndole confianza. Su cartel es en este sentido una declaración de principios. Por ejemplo, todo el mundo es consciente de que las fotos de los candidatos están retocadas gracias a las tecnologías de Internet. ¿Pero qué ha hecho Mayol? Ha aparecido en un primer plano con todas sus arrugas a la vista. Se ha transmitido al elector tal como es", afirma Bassols.

"A la derecha no le da vergüenza utilizar determinados recursos que la izquierda no usa por ética"

"Mayol se dirige de manera directa al elector, le transmite confianza"

Con la misma contundencia con la que ha defendido a la ecosocialista, la experta suspende al candidato socialista Jordi Hereu, de quien dice que ha "actuado como un alumno aventajado, que se sabe y recuerda perfectamente la lección", pero que "la repite sin convencimiento ni pasión". La lingüista dice que Hereu "tiene además un acento catalán muy extraño".

"Pero para acentos extraños Trias, el candidato de CiU. En cualquier caso, suele ironizar sobre su acento catalán y dice que su castellano es igual de malo. A Vidal-Quadras le pasa lo mismo y reacciona también ironizando su acento", continúa la lingüista. Jordi Portabella (ERC), por su parte, es claro, didáctico, ordenado con contenidos concretos. En catalán no se va por las ramas. El problema es que no utiliza recursos retóricos.

Del candidato del PP, Alberto Fernández Díaz, dice que ha mejorado en cuanto a la forma en que transmite su mensaje, pero continúa siendo monótono.

Margarida Bassols empezó a interesarse por el lenguaje de los políticos catalanes en la década de los noventa, con ocasión de unas elecciones autonómicas. Concibió así la idea de un libro que cronológicamente se cierra con las elecciones de 2004, en el que examina el lenguaje de un ciclo político muy importante en Cataluña, que denomina el de los "diplodocus".

Son los políticos venidos de la resistencia franquista, formados en la clandestinidad. Es el periodo de los Reventós, Maragall, Pujol, Heribert Barrera, Raimon Obiols...

Pero estos estudios le han obligado también por conexión y proximidad a analizar el lenguaje de una serie de políticos franquistas, a los que denomina "traidores"; es decir, que renunciaron a sus ideas para dar un salto adelante.

"Jordi Pujol es el que más me encandila por su retórica. Le he visto actuar en directo. Además, he estudiado y he analizado minuciosamente su discurso de septiembre de 1994 en el Senado, un discurso histórico, ya que lo hizo en catalán. Pujol desde fuera es un hombre inteligente; estructura muy bien su lenguaje y sabe bajar al nivel de los electores, explicando historias y anécdotas. Es un discurso muy inteligente", explica Bassols. "Pero el mejor orador que ha tenido Cataluña en los últimos años ha sido Miquel Roca-Junyent. No en vano venía del campo de la abogacía, un terreno en el que han crecido los grandes oradores", continúa.

Todas sus reflexiones se confunden y cruzan en un libro a simple vista pedagógico, destinado en principio a sus alumnos, a los que "quería darles herramientas suficientes para que pudieran captar los trucos persuasivos que utilizan los políticos y que descubrieran lo que se esconde detrás de los lemas políticos". Pero la lingüista reconoce que ha aprovechado también la ocasión para tirar de las orejas a más de un político, porque en definitiva el "discurso del político en cierto sentido es perverso, ya que trata con él de mantenerse en el poder y puede llegar a ser muy opaco y en ocasiones utilizar incluso argumentos demagógicos".

"¿Cuál es la diferencia entre el discurso de la derecha y el de la izquierda? A la derecha no le da vergüenza utilizar determinados recursos que la izquierda no usa por razones éticas". Por ejemplo, la técnica de las "espirales del silencio" que se consigue cuando se impide que la otra parte entre en el debate. Es el "váyase señor González" o "la insistencia sobre el 11-M". "Es la retórica fácil, cuyo objetivo es no dejar hablar al oponente", concluye Margarida Bassols.