¿La viuda y el cuñado mataron al conde?
Los hermanos M'Barek, juzgados por el asesinato del millonario Anthony Ashley-Cooper
La prensa británica sigue con detalle el caso de un multimillonario conde inglés asesinado, con 66 años, en la Riviera francesa. En el juicio que se celebra en Niza, la viuda ha reconocido que ayudó a deshacerse del cadáver del conde Shaftesbury y el hermano de ella se ha responsabilizado de su muerte, aunque alega que fue un accidente. La fiscalía acusa a los hermanos, Jamila y Muhammad M'Barek, de asesinato premeditado bajo el móvil del dinero.
Según los periódicos británicos, las sesiones judiciales están llenas de sorpresas y drama. Los lloros, gritos, insultos y acusaciones a la aristocrática familia del asesinado forman ya parte habitual de la agenda. La muerte de Anthony Ashley-Cooper, décimo conde de Shaftesbury, se está convirtiendo en un culebrón.
Multimillonario desde los 22 años, con propiedades urbanas y rurales en Inglaterra y Francia, Ashley-Cooper tenía fama de filántropo especializado, según sus propios amigos, "en el rescate de chicas de alterne". Jamila M'Barek, su tercera esposa, fue comparada por su abogado con "una cortesana a la vieja usanza", cuya "compañía divierte a los hombres ricos". Se casaron en 2002 pero, dos años más tarde, el conde quería divorciarse y, al parecer, formar nueva familia con otra profesional del strip-tease, según el testimonio de testigos.
De acuerdo con una versión de los eventos, Jamila pagó a su hermano unos 150.000 euros para viajar desde Alemania a Francia y matar a lord Shaftesbury, asegurándose parte de su herencia como esposa. El cuerpo del conde apareció en un estercolero entre Niza y Cannes, en abril de 2005. Ambos hermanos niegan el crimen y echan la culpa del trágico desenlace a los Ashley-Cooper. "Iba a bares de alterne. Tomaba cocaína y parecía un vagabundo. Su familia se desinteresó de él. Jamila le convirtió en un hombre", espetó el acusado.
En un arrebato de furia, se dirigió a la hermana del lord y otros familiares que asisten al juicio gritándoles: "Vosotros sois los culpables, los ricos, los que queréis su herencia". En su defensa, Muhammad alega que se enzarzó en una pelea con el conde y le estranguló "accidentalmente". Jamila, por su parte, advierte de que no tenía ningún motivo para matar a su marido, pues el dinero no le falta dadas sus magníficas conexiones con los ricos y famosos.
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