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Reportaje:MERCEDES C 220 CDI AVANTGARDE | PRUEBA

Presencia y calidad con un toque deportivo

Mejor en todo, pero con una línea demasiado clásica todavía. El nuevo Mercedes Clase C presenta una estética menos seria y más deportiva, pero no lo suficiente para cambiar su imagen de berlina tradicional. La evolución se siente más cuando se conduce, con un compromiso impecable entre estabilidad y comodidad que permite disfrutar su eficacia y seguridad. Mantiene también la calidad mecánica de la marca, aunque con unos precios (desde 32.900 euros el 180 K de 156 CV) superiores a sus rivales, los Audi A4, BMW Serie 3, Lexus IS y otros. Y refleja el esfuerzo de Mercedes por rejuvenecer sus berlinas para captar clientes más jóvenes.

Dos rostros diferentes

El Clase C es la berlina más pequeña de Mercedes y presenta un estilo más deportivo para rejuvenecer su imagen y la edad de sus clientes. Combina la elegancia clásica de la marca con un comportamiento impecable en estabilidad, confort y seguridad, una calidad mecánica sobresaliente y un buen equipo de serie. Pero tiene un interior algo justo en espacio y con detalles austeros para su precio, que es superior al de sus competidores.
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Confort para disfrutar

Entre las novedades curiosas del Clase C destacan los dos frontales, que cambian su imagen. El más deportivo (acabado Avantgarde) lleva la estrella en el centro de la parrilla, y el más clásico (versiones Classic y Elegance) la mantiene sobre el capó, pero cada uno tiene un faldón frontal y estriberas específicas bajo las puertas. El resto de la carrocería es igual, e incluye rasgos y detalles que realzan el carácter y la deportividad, como los faros rasgados, el trazo ascendente de las puertas o las llantas.

El resultado es un coche de imagen rotunda y gran personalidad que destaca por su presencia y elegancia, aunque mantiene las formas clásicas y el estilo inconfundible y demasiado serio de las berlinas de Mercedes. Los cambios no parecen suficientes para variar la percepción de los compradores jóvenes, pero aporta la calidad de la marca, que se refleja en detalles como la rigidez del chasis, mejorada en un 13%, o su cuidada aerodinámica (CX: 0,28).

Más grande por fuera y por dentro

El Clase C ha crecido 5,5 centímetros en longitud (4,58 metros) y 4,2 en anchura para ampliar el espacio interior, pero no destaca por su habitabilidad. Las plazas delanteras son amplias e incluyen unas butacas cómodas, pero atrás el espacio para las piernas es justo y la plaza central no resulta utilizable, porque el túnel de transmisión molesta en los pies. En cambio, tiene un maletero mayor que antes.

La presentación y acabados reúnen la calidad y distinción de Mercedes, aunque ya no marcan la diferencia. La instrumentación es atractiva, pero tiene un salpicadero austero (ver página 19). En cambio, la mecánica es impecable, está bien aislada y, junto a la nueva suspensión variable, que ofrece un equilibrio exquisito entre estabilidad y confort, convierte los viajes en un placer.

Ocho motores y tres acabados

El Clase C tendrá ocho motores, pero de momento sólo se venden cinco: 200 K, 280 y 350 en gasolina, y 220 y 320 CDi turbodiésel (ver cuadro inferior). En septiembre llegarán los 180 K y 230 de 156 y 204 CV (32.900 y 39.050 euros), el 200 CDi de 136 CV (34.250) y las versiones 4×4 (4Matic) de los 280, 350 y 320 CDI (44.150, 50.900 y 49.950). Y más adelante, la carrocería familiar. Todos llevan cambio manual de seis marchas, salvo el 350, que monta el automático 7G-Tronic, opcional en los V6. Hay tres acabados, Classic, Elegance y Avantgarde (2.365 euros más cada uno), pero el primero incluye ya de serie siete airbags (uno de rodilla), ABS, ESP, reposacabezas activos, control de velocidad, climatizador, asientos delanteros eléctricos, sensor de faros, ordenador de viaje, radio-CD con MP3... El Elegance añade detalles más lujosos, y el Avantgarde, una imagen más deportiva, tapicería de tela y cuero, y otras mejoras.

Conclusión

El Clase C es una berlina media muy refinada. Tiene una línea clásica con un toque deportivo, un interior cómodo, aunque no muy amplio atrás, y un buen maletero. Ofrece sobre todo un comportamiento dinámico impecable en estabilidad y confort, e incluye un completo equipo de seguridad, pero exige pagar la estrella del capó.

El Clase C se vende con dos frontales, uno más deportivo con la estrella en la parrilla (en la imagen) y el clásico de la marca, que la lleva sobre el capó. La nueva carrocería presenta un carácter más marcado.
El Clase C se vende con dos frontales, uno más deportivo con la estrella en la parrilla (en la imagen) y el clásico de la marca, que la lleva sobre el capó. La nueva carrocería presenta un carácter más marcado.CÉSAR LUCAS ABREU

FRENTE A SUS RIVALES

MÁS CARO, PERO MEJOR EQUIPADO

El Clase C 220 CDi con cambio manual es más caro que los modelos equivalentes de las marcas de prestigio, aunque incluye detalles que en éstos se pagan aparte, como airbag de rodilla, regulación eléctrica del asiento del conductor o sensor de presión de ruedas. La berlina de Mercedes cuesta 4.400 euros más que un X-Type 2.2 D y 3.400 más que el A4 2.0 TDi. El Jaguar ofrece unas prestaciones y un equipo de serie inferiores, con un airbag menos y sin control de velocidad y otros elementos. El Audi corre lo mismo y gasta algo menos, pero tiene también seis airbags y viene menos equipado en los detalles. La diferencia con el BMW 320d y el Lexus IS 220d baja a 2.800 euros. El primero es más deportivo y el modelo japonés ofrece unas prestaciones bastante inferiores, aunque incluye ocho airbags, uno más que el Mercedes.

ELEGANCIA DISCRETA

El diseño interior del Clase C es más sencillo y discreto de lo que se espera en un Mercedes. El salpicadero presenta unos trazos rectos y unas superficies planas con pocos detalles originales. Y aunque aplica plásticos de calidad, tiene unos tonos grises demasiado austeros para una marca de prestigio. En cambio, la instrumentación, el volante y la consola central están resueltos con gusto; esta última integra la pantalla de información. Y el conjunto presenta unos ajustes y una calidad de acabado notables. La palanca del cambio incluye un carril longitudinal para el modo automático y otro en la base para accionarlo de forma secuencial con un toque a derecha o izquierda. Las plazas traseras están pensadas para dos pasajeros, y, aunque son cómodas, no ofrecen un espacio generoso para las piernas. Incluyen un apoyabrazos plegable que integra dos posavasos y dos repisas para objetos, pero la plaza del centro es muy incómoda y poco utilizable: el túnel de la transmisión situado en el piso no permite llevar las piernas en una posición natural. El maletero tiene ahora 475 litros, 20 más que en el Clase C anterior, y presenta unas formas muy aprovechables. La zaga mantiene el estilo de Mercedes, con unas formas sólidas y cuadradas

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