El Consell aparta a Quiles de Kelme para captar nuevos socios

El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que tutela la empresa ilicitana de calzado desde que en 2002 evitó su hundimiento con la concesión de un crédito de nueve millones, ha promovido que su fundador, Diego Quiles, deje la presidencia de la firma y el consejo de administración. Su lugar lo ocupará Benjamín Clarí, un ejecutivo procedente de Adidas. El objetivo último de esta operación es facilitar la entrada de nuevos inversores en Kelme.

La Generalitat ayudó en 2002 a Kelme a salir del bache financiero en el que estaba sumida -la firma acumulaba 43,5 millones de euros en deudas- a cambio de unas rigurosas condiciones. El IVF impuso en aquel momento a un nuevo consejero delegado y a un asesor encargados de aplicar un plan estratégico diseñado para invertir la crisis de esta marca creada en 1977 y que, convertida en multinacional, atravesaba sus horas más inciertas. La Generalitat, que tutela Kelme desde entonces, impulsó un plan de profesionalización del negocio de calzado y ropa deportiva que desde un primer momento separó la propiedad de la gestión. A partir de entonces la familia fundadora dejó de tener funciones ejecutivas en el negocio. La operación de rescate de la Generalitat, de hecho, situó a la presidencia no ejecutiva a Diego Quiles, uno de los hermanos propietarios y fundadores de la empresa. Quiles ha sido ahora apartado definitivamente de la presidencia de Kelme, cargo que asume Benjamín Clarí, un ejecutivo procedente de Adidas Iberia que entró en la empresa ilicitana a finales de 2006, según comunicó ayer la empresa en un escueto comunicado. Clarí era desde febrero de este año consejero delegado y vicepresidente de Kelme.

El nuevo presidente cuenta con el aval del IVF, que ha "validado" este movimiento, y tiene una experiencia de diez años en el sector. Diego Quiles también abandona el cargo de consejero de la compañía, puesto que ocupaba igualmente desde noviembre de 2002.

El plan de profesionalización diseñado en Kelme va más allá y tiene como horizonte una reordenación accionarial de la empresa. Y es que, pese a estar apartados de la gestión ejecutiva, la familia Quiles ha mantenido en los últimos años la propiedad mayoritaria del negocio que fundara. El Instituto que dirige Enrique Pérez Boada estudia ahora la entrada de nuevos inversores en Kelme, según confirmaron fuentes del propio instituto. Fuentes del sector del calzado aseguraban ayer que en la última semana se han intensificado las gestiones para vender la propiedad de la empresa y que entre las opciones se barajaba alguna otra firma de calzado o recurrir al capital riesgo para formalizar el cambio en la propiedad.

La delicada situación que llevó a la empresa en 2002 al borde de la suspensión de pagos vino propiciada, según explicaron en su momento expertos del sector, del fracaso de algunos negocios inmobiliarios de la familia Quiles y de una intensa política de expansión internacional que llevó a instalar almacenes en países como Rusia, Estados Unidos, Brasil, Corea o Indonesia o a participar en dos fábricas en las repúblicas ex soviéticas de Bielorrusia y Bashkortostán. Kelme mantiene en la actualidad en Elche su actividad comercializadora y la producción se deslocalizó ya hace años al extranjero, al igual que ha ido ocurriendo con la mayor parte de las empresas manufactureras del calzado y de otros sectores tradicionales valencianos.