"Esperanza Aguirre ha roto la equidad"

Pertenece a la generación de socialistas madrileños que jamás gobernó. Sus hermanos mayores de partido mandaron en el Ayuntamiento o en la Comunidad, o en el Gobierno. Rafael Simancas, de 41 años, sin embargo, fue concejal de asuntos culturales en la oposición en el Ayuntamiento de Madrid, portavoz municipal en la oposición y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2003.

"El comportamiento de Tamayo y Sáez fue una desgracia para la región. Sentí una frustración y una rabia que cualquiera puede imaginar"

"Usar la Comunidad como ariete contra el Gobierno, o como trampolín, como hace Aguirre, es reprochable en lo político y en lo ético"

"Ahora Telemadrid es más bien 'Tele-Espe', vamos a blindar esa cadena para respetar la autonomía de los profesionales"

Iba a ser presidente. Por los pelos. Por un diputado, tras pactar con IU. Ya tenía casi nombrados a los consejeros. Casi pactado el programa. Elegido el traje. Pero la misma mañana de la investidura dos diputados suyos, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, le traicionaron y se esfumaron de la votación dejándole en minoría. Se repitieron las elecciones. Resultado: cuatro años (más) en la oposición, esta vez como portavoz del PSOE en la Asamblea.

Nació en Alemania, hijo de unos emigrantes cordobeses que después se afincaron en Leganés. Estudió Ciencias Políticas. Es perseverante, peleón, reflexivo, concienzudo y muy trabajador. Tiene un hijo de 10 años. A mediados de junio nacerá Lucía. Está convencido de que la recibirá recién investido, esta vez sí, de presidente.

Pregunta. ¿Llevar tanto en la oposición imprime carácter o simplemente deprime?

Respuesta. Hay quien dice que desgasta más la oposición que el Gobierno. Me lo he tomado como un aprendizaje. He hecho un auténtico master de Madrid en la oposición.

P. ¿Y qué ha aprendido?

R. Lo que difícilmente se aprende en los despachos: cómo funciona en realidad un ambulatorio o un instituto, por qué no tienen tiempo los médicos o recursos los profesores...

P. ¿Por qué el Gobierno no lo sabe?

R. Porque el tiempo que yo he dedicado a conocer los servicios públicos es el tiempo que el Gobierno dedica a gestionar.

P. O sea, que tiene a la Comunidad de Madrid en la cabeza.

R. He visitado en estos años todos los pueblos, todos los distritos de la capital, todos los hospitales, todas las universidades, todos los ambulatorios... Créame: hay pocos servicios que no conozca a fondo.

P. Hace unos días salió una noticia en que Tamayo y Sáez aseguraban estar "estupendamente". ¿Qué pensó al leerla?

R. Procuro pensar lo menos posible en estos personajes. Su comportamiento fue una desgracia para la ciudadanía madrileña. Pero lo que corresponde ahora es mirar hacia delante.

P. ¿Qué sintió aquel día, cuando se le escapaba de repente la presidencia?

R. Una frustración y una rabia que cualquiera puede imaginar. Fue un gran fraude. Y nunca lo olvidaré. Pero, como dice Sabina, "no hay nostalgia peor que añorar aquello que jamás sucedió". Esta vez vamos a ganar.... y a gobernar.

P. ¿Qué ha significado la gestión de Esperanza Aguirre?

R. Una oportunidad perdida. La región ha crecido, pero eso no se ha traducido en bienestar. Y además algún derecho básico de los madrileños se ha puesto en peligro. Y eso quiebra la equidad por la que yo trabajo. Sus leyes sanitarias encubren una intención privatizadora y que cada centro tenga dos pasillos: uno para ricos y otro para pobres. Esperanza implica la derecha más dura. No le preocupa la gente y ha olvidado durante cuatro años a los municipios más humildes, los del este y los del sur de la Comunidad. Con lo que invierte en propaganda diariamente se podrían haber hecho muchísimas cosas para los madrileños.

P. Hablando de sanidad, ¿en qué consisten los minihospitales en los barrios que promete?

R. Serán centros de salud con más capacidad y más medios. Para evitar los procesos kafkianos que se producen ahora que duran meses entre la consulta del médico de cabecera y la del especialista con la prueba diagnóstica. Funcionarían como las urgencias. Por eso la gente va a las urgencias.

P. Ha prometido que todos los colegios públicos serán bilingües en dos legislaturas.

R. Ahora uno de cada seis alumnos de primaria estudia en un colegio público bilingüe. Y uno de cada 12 en secundaria. Es poco. Queremos que todos los escolares dominen el inglés. Que no pase lo de ahora: cuando la mayoría de los dirigentes políticos vamos a Bruselas, andamos con intérpretes para el inglés o el francés.

P. ¿Qué hará para los que no encuentran piso?

R. Garantizar que todos los ciudadanos que ganen menos de tres veces el salario mínimo interprofesional (29.000 euros al año) puedan acceder a un piso protegido. Lo podrán comprar y costará a razón de 110.000 euros por una casa de 70 metros cuadrados, o alquilar, a razón de 300 euros al mes. Por ley.

P. Las encuestas le dan perdedor. Pero ganar en Madrid a veces es cuestión de participación.

R. Remitámonos a la experiencia: a partir del 69% o 70% de participación, la izquierda (PSOE más IU) gana en la Comunidad.

P. Usted opina que a los madrileños les irá mejor si los Gobiernos regional y nacional son del mismo color...

R. Estoy convencido de que para que Madrid se apunte al cambio económico y social, para que se puedan aplicar las leyes estatales con lealtad, se necesita un Gobierno en Madrid en línea con el Gobierno de España. Usar el Gobierno de la Comunidad como ariete contra el central, o como trampolín a otras aspiraciones políticas, es reprochable en lo político y en lo ético. Eso lo ha hecho Aguirre. Ellos tienen una doble carrera: mantenerse en el poder y situarse ante el caso de que Rajoy sufra un descalabro en 2008.

P. ¿No pinta usted un Madrid demasiado sombrío?

R. Los niveles económicos buenos también esconden realidades incómodas. Y malestares.

P. ¿Qué piensa hacer si gobierna para evitar el control político de la televisión madrileña?

R. Lo que ha hecho el Gobierno central. El director general y el Consejo de Administración se elegirán con mayoría cualificada en el Parlamento madrileño por una legislatura. Intentaremos que sea pactado. Crearemos un consejo de redacción que blinde su autonomía. Vamos a blindar esa cadena para respetar la autonomía de los profesionales. Telemadrid ha sido Tele-Espe.